Spyderco Bradley Bowie

La renovación dentro de la tradición

Esta firma de Golden, Colorado, fundada por Sal Glesser, saltó a la fama hace unos 30 años cuando desembarcó en el mercado de armas blancas con sus navajas de alta tecnología y filo serrado. Hoy en día es un gigante que todos los años nos apabulla con decenas y decenas de modelos nuevos, donde lo que queda claro es la búsqueda de algo que vaya más allá de un cuchillo o navaja.

 

El Bowie, el rey de los cuchillos

La hoja enteriza es toda una garantía de solidez.

Así tituló mi gran amigo y entendido en armas blancas, D. Abel Domenech, en su libro Del Facón al Bowie, en el capítulo que se refería a este mítico cuchillo. Y Es tan mítico que realmente no se sabe bien la forma que tenía. Creo que Abel es quien más ha estudiado este tema y, finalmente, llega a varias conclusiones sobre el cuchillo que diseñara James “Jim” Bowie y que el herrero James Black llevase a cabo. Según su interesante obra, se retrotrae a la daga mediterránea, una hoja simple muy similar a los cuchillos criollos (no a los facones) con su Spanish Hook o gancho que forma la hoja, descentrada con respecto a su axis, para impedir que la mano avance sobre el filo. El primero de los hermanos Bowie que sabemos que utilizó estos cuchillos, fue Rezin, quien aproximadamente en 1818 usó una daga mediterránea en un duelo y ya en 1825 un segundo que estaba dotado de un gavilán y que fue producido por herrero Jesse Cliffe.

La empuñadura es cómoda y mantiene un gancho o finger grove incorporado para evitar accidentes.

El uso de dagas mediterráneas en sur de los Estados Unidos encuentra su razón en la influencia que tenía la cultura hispana a través de México y Cuba. La forma exacta de muchos de estos modelos se desconoce, pero se sabe que el realizado por Schively en 1832 y posteriores ya incorporaban el bisel o doble falso filo en la punta. Por último, tenemos el que la familia Moore guardó durante muchísimos años y según ellos, un viejo soldado mejicano, que estuvo en la batalla de El Álamo, habría rescatado de las manos del cadáver de Jim Bowie. Este modelo fue producido en España en los años 90 por una conocida firma Marto.

Finalizando sobre la forma exacta del cuchillo Bowie, nadie la conoce, aunque se han popularizado las armas con un rebaje biselado en el lomo. Pero a estos entre los conocedores se los llama falso Bowie y su nombre correcto es tipo clip.

Un Bowie moderno

El falso filo es una característica general en la amplia gama de cuchillos denominados, con acierto o sin él, Bowie.

Este cuchillo fue diseñado por Gayle Bradley, asiduo concursante en pruebas de corte con cuchillos. Se trata de uno de los colaboradores más asiduos de la firma Spyderco, ya que ha diseñado navajas como la Folder y también la Air.

La iniciativa de desarrollar el Bradley Bowie partió de un cazador de alces, cliente de Gayle, que necesitaba un modelo cómodo y sobre todo, muy robusto.

 

 

Los materiales

Una línea esbelta con una longitud total de 25 cm., con 12 de hoja y otros tantos de empuñadura; la diferencia, como es lógico es el recazo.

Esta es la primera arma blanca de Spyderco que utiliza acero PSF27, un material tan denso que, con solo empuñar el cuchillo, nos damos cuenta de que hay algo especial en él: su peso (218 g. sin funda). Este acero se consigue tras unos complicados y muy caros procesos de aglutinamiento de partículas y muchas más cosas, que escapan a mi entendimiento.

Lo que sí está claro es que se obtiene un material denso con un grano finísimo. Aspecto que le da un filo especial. Está compuesto por cromo, molibdeno, vanadio y 1,55% de carbono. El contenido de cromo está por debajo del 12%, es decir, no llega a ser inoxidable, por tanto, debemos cuidarlo y mantenerlo limpio y enaceitado para evitar cualquier proceso de oxidación.

 

 

El cuchillo

Dos remaches huecos aseguran las cachas sintéticas a la hoja enteriza.

Llama la atención la robustez de la hoja enteriza, que, en línea recta de la punta al recazo, mide 11 cm. y en diagonal, ya que este último está desplazado, 12. Gracias a su doble falso filo o lomo biselado, podemos decir que en cierta manera ésta es de dos mesas. Carece de vaceos lo que le da un perfil muy limpio a la hora de cortar.

El tercer tercio (o tercio flaco) es donde encontramos un corte curvo, que casi llega a la mitad de la hoja. A partir de entonces es ligeramente negativo. Para entendernos, el filo negativo es ideal, por ejemplo, para cortar una cuerda, pues ésta queda atrapada. Este borde curvo también nos permite trabajos tan delicados como el desuello.

Este remache hueco del pomo nos permite pasar una lazada.

Su diseño en general nos lleva a pensar que estamos ante una hoja drop point, pero en realidad no lo es, ya que la punta se halla por encima del axis.

Antes de finalizar con esta parte del arma, es importante recordar que una vez que lo utilicemos, demos afilarlo, pues no hay nada más peligroso que un cuchillo sin filo, ya que deja de ser un instrumento de precisión para transformarse en algo tosco y, con cosas burdas, se hace fuerza y se cometen errores que pueden crear una situación de riesgo, cuando no un corte.

La empuñadura es cómoda, pues tiene casi 12 cm. de longitud. Está perfilada con el finger Groove o hueco para el dedo índice, ya que carece de defensa o gavilán. Se ha utilizado un material sintético, G-10, para su construcción. Éste es muy bueno, pues a pesar del uso y los años no se degrada y es fácil de limpiar. Dos remaches huecos son el punto de unión con la hoja enteriza.

Funda táctica

Este elemento tan necesario merece algunas consideraciones. Está fabricado en material sintético por moldeado, Boltaron. Ambas caras se unen gracias a remaches huecos. Un punto y aparte merece el gancho o clip para la sujeción a l cinturón, ya que lleva dos tornillos y nos permite cambiarlo de lado.

Con el pulgar nos ayudamos para sacar el cuchillo de su funda a presión.

Otro aspecto positivo es que no necesitamos quitarnos el cinturón para su fijación a éste, si ejercemos presión por su parte interna, la presilla cede y se engancha. En caso de lluvia la funda tiene un agujero en la punta para que el agua drene.

En cuanto a la seguridad para evitar la pérdida del arma, la funda aporta un punto de presión que debemos vencer para sacarla o meterla.

 

 

 

Corolario

Podemos colocar la funda sin tener que quitarnos el cinturón, pues su presilla es flexible.
Gracias a su sujeción por tornillos podemos cambiarla de lado.

Estamos ante un cuchillo de producción, pero con características técnicas sobresalientes, como los materiales utilizados y el acero PSF27 para su hoja. Esto es casi único y sólo algunos cuchillos artesanales, muchísimo más caros, lo usan. Por ello, los 499 euros de su PVP están más que justificados. Estoy seguro de que estamos ante un gran compañero de viajes y aventuras.

Nota: agradezco la cesión del material para la redacción de este artículo a J. Esteller, S.L., Polígono Industrial Molí dels Frares, Calle C, nº34, 08620 S. Vicenç dels Horts, Barcelona, tel: 936 724 510, fax: 936 724 511, e-mail: jesteller@esteller.com

 

Saúl Braceras