Proyectiles Barnes monolíticos expansivos

Si los prueba se va a aficionar a ellos

Cada vez más populares gracias a su gran precisión y expansión controlada, estos proyectiles que se fueron introduciendo en el mercado de forma tímida, me atrevería a decir que en la actualidad, son quienes lo dirigen.

 

Un poco de historia

Fred Barnes en los años 40.

En 1932 Fred Barnes comenzó a producir proyectiles en su ciudad de Bayfield, Colorado. Durante los próximos 40 años, la empresa ganó más y más fama como fabricante de proyectiles Premium. De hecho, sus puntas fueron conocidas como la mejor opción para la caza africana.

En 1965 Fred Barnes vendió Barnes Bullets a la Burford Corporation de Maysville, Oklahoma. En el mismo año, la compañía volvió a ser vendida y se mudó Montrose, Colorado. Y su nombre fue cambiado a «Colorado Custome Bullets.» En 1974, Randy & Coni Brooks inyectaron sangre fresca a la empresa al comprarla. Además, iniciaron una serie de reformas que abarcaron desde el diseño a la construcción de sus nuevos proyectiles.

En 1979 Randy Brooks comienza la fabricación de proyectiles monolíticos de cobre para caza mayor, la serie X. Sin bien en sus comienzos tuvo una acogida fría, se mantuvo en la brecha y hoy son muchos los fabricantes internacionales que lo han seguido. En 1992 se publica por primera vez el Manual de Recarga Barnes y también introduce los proyectiles XPB monolíticos de pistola.

Obsérvese el hongo que forma la TTSX sin pérdida de masa.

En 1994, aparece el proyectil Expander® MZ, una punta X dentro de un sabot para armas de avancarga.

En 1996 se publica el segundo Manual de Recarga Barnes, en 1997 el 3º.

En 2001 se introduce la segunda generación de los proyectiles X, los TSX (Tripple Shock X). A partir de 2004 comienzan a sucederse más y más modelos de proyectiles de cobre monolíticos como los: Spit-Fire MZ™ de avancarga. En 2006 aparece la punta Varmint Grenade® y MPG™ (Multi Purpose Green), incorporando la tecnología militar que Barnes había desarrollado para aquellos y la ofrece a los recargadores.

Esta es la familia VOR TX.

En 2007 irrumpe en el mercado el Tipped TSX. Recordemos que la TSX es de punta hueca, pues la Tipped TSX tiene un penetrador de material sintético encastrado en una punta hueca de mayores dimensiones. Con este proyectil se gana mayor coeficiente balístico y una expansión más rotunda. También en ese año aparece el 4º Manual de Recarga Barnes.

En 2009 Barnes es comprada por la firma Remington y aparece la munición completa Barnes VOR-TX.

En 2010 aparece el proyectil Long-Range X Bullet (LRX™) para tiros a largas distancias y el Match Burners.

 

Proyectiles adictivos

Es cuestión de haberse iniciado en su uso y después, no los podemos abandonar. El único inconveniente que tienen es su tendencia a rebotar contra superficie duras, como las pedrizas, etc.

El porqué de la popularidad de los proyectiles monolíticos es bien sencillo, con un torno CNC podemos copiar cualquier diseño y calibre, por más exótico que sea, y en breve tendremos los proyectiles que deseemos. Esto facilita y economiza la fabricación, por ejemplo, en calibres raros, que de hacerse con envuelta y núcleo de plomo necesitan un utillaje muy caro y sus ventas serán habas contadas.

Primer grupo de corzas que vimos por la mañana. Le disparé a la que está más a la derecha.

Aquí debemos pensar en que si uno tiene un arma de un calibre raro o al menos no común, pagará lo que sea por tenerlos. Y en proyectiles de caza, donde el consumo, una vez puesto a tiro el rifle, es mínimo, da lo mismo pagar un euro que diez. Y no es que a uno le sobre el dinero, pero en una cacería las balas y, más aún, los proyectiles, al precio que sea, siempre serán lo más barato.

En calibres estándar facilita la producción, pero no la economiza porque la materia prima es más cara. Me explico, un proyectil semi-encamisado que se fabrica en grandes cantidades es más barato de hacer que un monolítico de cobre. Como ventajas inherentes al monolítico, éste aporta una expansión controlada en forma de seta perfecta que asegura la penetración con un 98 a 100% de retención de masa. En general, estos proyectiles suelen atravesar de lado a lado a los animales que abaten. Sé que esto origina una discusión entre los cazadores: si es mejor que los atraviese o si es mejor que queden en el cuerpo y traspasen la máxima la energía cinética. Yo no tengo dudas, es mucho mejor que traspasen el cuerpo del trofeo y que salgan por el otro lado, generando una herida muy grande y por la cual perderá más sangre. Esto último tiene dos ventajas: debilita más al animal y facilita su rastreo.

Como ya he dicho en otras entregas, teniendo en cuenta que el peso específico del cobre es menor que el del plomo, debemos usar proyectiles más ligeros. Para facilitar los cálculos en calibres normales, digamos del 6 al 8 mm., restaremos unos 20 grains más o menos. Por tanto, si usamos un proyectiles de calibre .30” de 165 grains, en monolíticos uno de 140, nos funcionará de forma similar, teniendo la ventaja del aumento de velocidad. En cuanto a la precisión será similar, pues la longitud total del proyectil será parecida.

 

La familia monolítica de Barnes

Desde que comenzó la producción en 2003 de los proyectiles Barnes TSX, éstos han ganado la reputación de punta de caza perfecta. Su diseño con alto coeficiente balístico ha sido aun mejorado con la aparición de la nueva TTSX o Tipped TSX, que al igual que la TSX aporta una disminución del rozamiento al tener aros de fricción o, dicho de otra manera, si fuera un proyectil fundido le llamaríamos engrasadores.

Esta contribuye con un inserto de polímero agudo que aumenta aún más su coeficiente balístico en su punta hueca, la cual tiene un agujero que triplica el de la TSX. Con esto aporta una deformación casi inmediata y, como todas las monolíticas, no pierde masa y prosigue con una trayectoria recta destruyendo tejidos. En la actualidad es la que mayor aceptación tiene por parte de los cazadores. Esta punta junto con la TSX las probé en una descaste de corzas y ya veréis el resultado de ambas. Es tremendamente precisa y, como veremos, su comportamiento aún en animales pequeños como las hembras de capreolus, logra una expansión importante.

Ésta fue la primera y única corza que abatí por la mañana. Evidentemente el proyectil TSX da una expansión muy buena.

 

 

 

 

 

 

 

 

De esta familia tenemos 32 proyectiles en calibres: 22, 6 mm., 25”,6,5mm., .270”, 7 MM, .30”, 8 mm., .338”, .35”, 9,3 mm., .375”, .416” y .458”.

TAC-LR™ Long Range

Aportan un  perfil más fino y un coeficiente balístico muy alto, aspecto que las hace ideales para tiros a largas distancias. Se las produce en los siguientes calibres: .223”, 6,5 mm., 6,8 mm., .30”, 7,62×39, .338 Lapua Mágnum y .50 para los rifles de tiro del .50 BMG.

 

Munición VOR TX

Es la versión ya cargada de los proyectiles que he comentado, los cuales ofrecen un diámetro doble de expansión controlada y, como era de esperar, entre 98 y 100% de retención de masa.

Se utilizan en esta munición los siguientes proyectiles: TSX®, Tipped TSX™ o TTSy TSX FN™ (Flat Nose). Este último es ideal para rifles de cargadores tubulares y con unos resultado en cuanto a penetración a través de sotobosque muy alta.

 

Un descaste de corzas

Ya había hablado como mi amigo Don Antonio Reguera para la mencionada cita, y fue cosa de ponerle fecha, encontrarnos en su casa temprano por la mañana y salir. El amanecer es muy tardío, inclusive hoy cuando estoy escribiendo estas notas, pero a mediados de diciembre lo era aún más. Durante el camino nos paró la Guardia civil en un control rutinario de papeles, hasta ahí todo correcto. Después nos preguntó si íbamos de caza, a lo que respondimos “sí”. “Espero que no cacen nada porque yo estoy a favor de los animales”, evidentemente la estupidez no tiene fronteras ni reconoce estados laborales. Creo que son muy perjudiciales estos interfectos que, porque llevan uniforme, se creen que pueden opinar sobre lo que no les incumbe.

Yo había pasado un mes con bronquitis y cuando ya me sentía bien fue cuando organizamos el Mambo Jumbo de las corzas. Bien poco me duraría mi restablecimiento, ya que al volver recaí nuevamente y ahora que ya han pasado más de 20 días sigo igual. Debe haber sido la maldición que nos envió el guardia civil por ser cazadores.

Primera corza que tiré con puntas TSX. Obsérvese la entrada y la salida.

 

 

 

 

 

 

 

Aquí hay que saber diferenciar que un descaste no es una cacería como tal, aquí lo importante es abatir el mayor número de ejemplares. Por ello, me llevé un rifle que no es para la caza deportiva del corzo, sino para un alce, etc.; se trata de un Ruger nº1 en calibre .300 Remington Ultra Mágnum con un visor Delta de 2,5 a 16×50 mm. Este rifle lo concebí para disparos larguísimos, que en realidad yo no hago, pero esta cualidad del cartucho me permite una trayectoria súper tensa en las distancias en las que sí me muevo. Pero, esta vez quería un arma que me permitiera tirar a cualquier distancia sin tener que hacer cálculos. Además, las hembras en estas fechas suelen estar muy alertas y no permiten el acercamiento.

Utilicé dos tipos de puntas TSX y TTSX en 165 grains, que vienen a asemejarse al rendimiento de una de 180 grains con envuelta y núcleo de plomo. En un .300 RUM debemos usar proyectiles de cierto peso para conseguir sacarle el máximo de utilidad al cartucho.

Los proyectiles monolíticos generan, en el momento de la imprimación de la estrías, un pico de presión superior al de los proyectiles con envuelta y núcleo de plomo. Pero, una vez impresas las estrías en el monolítico, su paso por el cañón genera menos tensión, ergo menos presión que uno con envuelta y núcleo de plomo.

Esta fue la segunda corza del día o primera de la tarde. El agujero de salida es más que importante.

 

 

 

 

 

 

 

 

Al salir a una zona abierta en medio de unas colinas, a unos 200-220 metros, había un grupo de hembras. Solo me limité a apuntar al corazón y allí fueron mis 165 grains de TSX. Se pudo escuchar de forma nítida e inmediata el “plof” y vimos que cayó en su sitio. “Over his own tracks” dicen los americanos (del inglés: sobre sus propias huellas). El agujero de salida era digno de llamar la atención, pues era casi como mi puño.

La mañana no nos dio más alegrías. Nos fuimos a comer y a charlar hasta por los codos, como solemos hacer con Antonio. En general, nos vemos una vez al mes, y en esos pocos días cuando él recala por estos lares. No conozco ningún otro cazador tan vehemente como él. De hecho, está en Madrid menos de una semana al mes y no toda junta. De mayor me gustaría ser como él. Volvimos sobre las seis y de inmediato tuve otra corza en el anteojo. Le disparé a unos 240 metros y cayó “haciendo el planeo del piano”. Pertenecía a un grupo de hembras y estaba de lado. El disparo fue como el rayo de la muerte, allí quedó. Sin duda la elección del rifle, calibre y visor fue óptima. La expansión era notoria.

El .300 RUM hacía su parte, a mi sólo me tocaba apuntar al animal, si estaba más cerca daría en los pulmones y si estaba más lejos tocaría el corazón. Esta fue la última corza que disparé con las puntas TSX. Ahora había cambiado a la TTSX, es decir, la que lleva una punta de material sintético y cuyo agujero triplica al de la TSC. En uno de estos pequeños valles, a 267 metros medidos con el rangefinder Hawkye, había una hembra solitaria, dándome parte de su flanco y parte del pecho. El Ruger .300 RUM rugió con fuerza y ésta apenas hizo el ademán de escapar sin lograrlo. La tercera de la tarde y cuarta del día cayó a dos pasos de donde había sido impactada. El resultado es obvio.

Segunda corza de la tarde o tercera del día. El impacto entró por el hombro izquierdo. La salida fue espectacular.

 

 

 

 

 

 

 

 

Como estaba terciada, el proyectil Tipped o TTSX entró por delante de la paletilla izquierda y salió un poco antes del cuarto trasero derecho, haciendo un destrozo que jamás había visto. La foto es más que evidente.

Seguimos nuestro camino predatorio, aunque la luz nos iba abandonando y aunque veíamos más grupos de corzas, decidimos abandonar por temor a abatir un macho sin cuernos. Para mí fue toda una experiencia el uso del .300 RUM en estas lides.

 

Corolario

Junto a las tres corzas de la tarde.

Creo que las puntas monolíticas expansivas han llegado para quedarse; son precisas y logran unos champiñones perfectos al expandirse. Suelen atravesar de lado a lado a los animales, facilitando el pisteo y la pérdida de sangre, con el consiguiente debilitamiento.

Me gustan por todo lo dicho. Y creo que si las prueba se va a aficionar a ellas.

 

Nota: agradezco la cesión de material para este reportaje a Borchers S.A., C/ Industrialdea 22, Guernica. 48300 Vizcaya. Tel: 946.252.029. www.borchers-sa.com

 

Saúl Braceras