Rifle Sako Finnbear

En calibre .264 Winchester Magnum

Siempre que concurro a algún coto de caza, además de practicar mi deporte favorito, tengo la costumbre de observar los rifles que aparecen en manos de otros cazadores.

Sabedor de mi curiosidad constante, el administrador del Coto Nehuen Mapu, don José Calbelo, ubicado en La Pampa, Argentina, me tenía reservado un raro ejemplar de la fábrica Sako y en un calibre excepcionalmente rasante del grupo de los 6,5 milímetros, un clásico americano: el .264 Winchester Magnum.

El seguro es muy simple, visible en la parte trasera derecha de la acción y consta solo de dos posiciones.

 

 

 

 

 

 

 

Me pareció tan interesante el arma y el cartucho que recamaraba, que dudé al escribir esta nota, si le daba más importancia al cartucho o al arma en sí, pero para ordenar el artículo y como hago siempre, comenzare por el rifle.

 

Los Sako

Estos rifles finlandeses son muy respetados en nuestro país, tanto por la calidad de sus materiales, su manufactura como su legendaria precisión. Aunque son conocidos por muchos cazadores, haré una breve referencia a esa marca para aquellos que no los conocen.

Debemos remontarnos a 1919, dos años después de que  Finlandia declarase su independencia del inmenso Imperio Ruso. La Guardia Nacional de ese país abrió en Helsinski un taller de reparaciones de armas militares en un local que había sido una cervecería en otra época. Allí se reacondicionarían armas militares rusas, para luego proveer a la nueva Guardia Nacional.

En 1921 ese taller se separó de la Guardia Nacional gracias a su solvencia económica, mudándose más tarde a una antigua fábrica de municiones en Riihimäki en junio de 1927 reorganizándose con el nombre de Sako en 1930.

En cuanto a sus exportaciones, su fuerte fueron las municiones de arma corta a Suecia, luego exportó a otros países gran cantidad de cartuchos para pistolas ametralladoras durante toda la Segunda Guerra Mundial. Posteriormente la fábrica finlandesa Tikkakoski, propietaria de la marca de rifles Tikka, fue absorbida por la Sako en 1983.

Su cerrojo es de una sola pieza con dos tetones de cierre sobredimensionados y en su cabeza, que encierra completamente la cabeza del cartucho.

En 1987 la fábrica estatal Valmet de armamentos se fusionó con Sako transformándose en la Sako-Valmet.

Luego de una serie de cambios de reorganización, quedó como simplemente como Sako y paso a manos privadas, especializándose tanto en armamento como en municiones.

Pero es con la fabricación de rifles deportivos con una de acción corta desarrollada por ellos y recamarados para el entonces novedoso .222 Remington, que irrumpió en el gran mercado consumista americano y ganó fama internacional.

Para continuar con el tema del rifle que encontré en La Pampa, debemos aclarar que recién en el año 1961 esta fábrica finlandesa introduce un nuevo modelo denominado L61R con una acción especialmente diseñada para cartuchería del largo estándar o sea del .30-06 o de tamaño similar.

Con el tiempo este modelo se convirtió en un clásico muy buscado por los cazadores y coleccionistas de todo el mundo.

En la actualidad, la firma Sako forma parte del conglomerado Beretta como muchas otras fábricas de armamentos europeas.

 

El modelo L61R

Es netamente deportivo, está diseñado y construido a la manera clásica, con aceros y maderas. Para su estudio vamos a analizarlo por partes.

El arma posee aparatos de puntería metálicos, siendo su alza del tipo conocido como tangencial, es decir, que se puede colocar a distancias predeterminadas moviendo un cursor; están marcadas en la misma las medidas cada cien metros hasta el máximo de quinientos.

Acción: Está construida en aceros al carbono mediante fresados y maquinados. Es bastante abierta por arriba, por lo que puede cargar las municiones fácilmente ya que su cargador es fijo. El tamaño de la misma está pensado para cartuchería de mediano tamaño o estándar, es decir, que acepta la del largo del 30-06 Springfield.

Su cerrojo es de una sola pieza con dos tetones de cierre sobredimensionados y en su cabeza, que encierra completamente la cabeza del cartucho, encontramos una uña extractora ancha, del estilo que impusiera Sako a la mayoría de los rifles modernos.

Es de destacar que al costado del cerrojo encontramos una larga guía para que el funcionamiento dentro de la acción sea muy suave y alimente bien el cartucho. En la parte trasera del mismo encontramos su manivela de fácil acceso.

Por debajo de la acción propiamente dicha y como parte de la misma, encontramos un cargador fabricado en acero con su tecla elevadora y muelle en W al estilo de los Mauser 98 que, como todos sabemos, es un sistema muy confiable.

Se puede abrir la tapa del almacén si presionamos una tecla que se encuentra por delante del arco guardamontes. La capacidad del mismo es de tres más uno cartuchos del calibre .264 Winchester Mágnum.

Su acabado es impecable, como los de todas las armas de la marca.

Cañón: Se encuentra roscado en la parte delantera de la acción y posee un largo suficiente para quemar toda la pólvora de este cartucho de gran capacidad de propelente.

El diseño del mismo es netamente deportivo y ligero, pero no tanto como para estabilizar bien el arma al momento de apuntar.

En su extremo, la boca posee una corona plana que evita que con posibles golpes de arruine las estrías.

 

Miras: El arma posee aparatos de puntería metálicos, siendo su alza del tipo conocido como militar o tengencial, es decir, que se puede colocar a distancias predeterminadas moviendo un cursor; están marcadas en la misma las medidas cada cien metros hasta el máximo de quinientos.

De todas maneras, no creo que el usuario de este rifle las use, ya que por las características rasantes del cartucho que recamara, indudablemente se le colocará una mira óptica. El guión simple está sobre una rampa y sujeto mediante cola de milano.

Es de notar que por arriba de la acción lleva unas fresaduras para colocar y poder así sujetar firmemente las anillas, siendo Sako una de las pioneras en utilizar este sistema tan eficiente.

Disparador: Si bien posee la tensión adecuada para la caza, puede ser regulado a voluntad del usuario, para ello deberá remover el conjunto acción-cañón para llegar a sus controles.

Seguro: Es muy simple, visible en la parte trasera derecha de  la acción y consta solo de dos posiciones, o está colocado o listo para ser disparada el arma, especial para un arma de caza.

La culata es de una sólida pieza de nogal, muy bien diseñada y con una carrillera en la parte izquierda.

Culata: Es de una sólida pieza de nogal, muy bien diseñada y con una carrillera en la parte izquierda. Es de notar que lleva unos refuerzos pasantes, muy propio de los rifles de alto poder. En su extremo trasero lleva incorporado un culatin de goma del tipo ventilado para una mayor amortiguación, cuyo color no desentona con el resto de la culata.

Posee un pistolete bien proporcionado y su guardamanos es del tipo cuadrado, bien proporcionada y con picados hechos a mano.

Terminación: Es impecable como todos los productos de esta marca, siendo las partes metálicas bien pulidas y pavonadas. Sus partes de madera poseen un acabado aparentemente sintético como para resistir las inclemencias de los peores tiempos nórdicos. Es un arma perfectamente diseñada y bien construida como todo lo que  hace Sako.

 

El cartucho .264 Win Mag

Fue presentado al público  por Winchester por el año 1958 para su rifle de cerrojo Modelo 70 y se lo denominó “Westerner”, o sea, como ideal para los espacios abiertos del oeste americano por sus condiciones balísticas de alta velocidad.

Se puede abrir la tapa del almacén si presionamos una tecla que se encuentra por delante del arco guardamontes. La capacidad del mismo es de cuatro cartuchos del calibre .264 WinMag.

Es de la zaga de la cartuchería “magnum cortos” como se denomina a estos calibres derivados de la vaina del clásico .375 Holland & Holland, pero acortada para permitir su uso en acciones denominadas estándar o del  largo del .30-06 Springfield.

Pero antes que este cartucho rasante, Winchester presentó un par de años antes otros dos cartuchos revolucionarios: el .458 Winchester Magnum para otro rifle de cerrojo que se lo denomino “African” pues estaba destinado a la caza de la fauna peligrosa africana. Casi simultáneamente introdujo el modelo “Alaskan” recamarado para otro cartucho magnum corto .338 Winchester magnum. Su nombre se debió a que estaba destinado a la fauna pesada de ese estado americano, tales como los grandes osos y alces.

Al .264 WinMag se lo promocionó ampliamente desde sus comienzos como la solución para espacios abiertos tales como llanuras y montañas. En realidad, este cartucho fue una respuesta de Winchester a los híper veloces cartuchos de Weatherby, que si bien eran extraordinariamente rasantes si los comparamos con la cartuchería clásica de la época, sus rifles no estaban al alcance del cazador medio americano por su alto precio.

Este cartucho poseía el diámetro de 6,5 milímetros, el cual tiene un alto coeficiente balístico lo que, unido a la gran capacidad de su vaina capaz de contener grandes cantidades de propelente que lo impulsaban a gran velocidad, lo convertían en una herramienta ideal para espacios abiertos. Venía cargado de fábrica solo en dos pesos: 100 grains con una velocidad en boca de 3.700 pies por segundo, destinado a piezas de caza medianas como los ciervos cola-blanca, y otra punta más pesada de 140 grains con una velocidad en boca de 3.200 pies por segundo, destinado a animales mayores como los elk y hasta los grandes antílopes africanos. Sin duda se trataba de emular en un rifle asequible al público, un calibre de rendimiento similar al del maravilloso e híper veloz .257 Weatherby que estaba haciendo furor en esa época, pero en armas más caras.

También podemos encontrar un antecedente europeo de un cartucho así, nos estamos refiriendo al 6,5×68 S, el cual derivó a su vez del potente  8x68S al que se agolletó para montar un proyectil más pequeño y lograr así velocidades muy pero muy elevadas. Pero no todo son maravillas con esta cartuchería híper veloz, ya que tiene dos inconvenientes: El primero de ellos es que al ser “over bore”, es decir, que queman gran cantidad de pólvora para lograr un rendimiento superior, eso se traduce en que los cañones de esos rifles poseen menor duración. Por ello, Winchester al presentar el “Westerner” lo hizo con cañones de acero inoxidable, que son más resistentes.

La otra contra es que para quemar tal cantidad de propelente, sus cañones deberán de tener una longitud de al menos 26 pulgadas, aunque lo ideal serían 28, motivo por lo cual los hacen un tanto incómodos de transportar.

Winchester lanzó así este cartucho conjuntamente con un rifle que hizo furor por un tiempo pero Remington, su eterno rival, lanzó en 1962 su maravilloso 7 Remington Magnum, un cartucho mucho más equilibrado y no tan “quema cañones” como el .264.

Luego por la aparición del 7mm Remington Magnum, que prácticamente hace lo mismo pero además posee la ventaja de utilizar proyectiles de mayor peso como es el de 175 grains –en cargas comerciales- ya que si lo recargamos, se pueden utilizar puntas más pesadas aun, convirtiéndose en un verdadero “todo terreno” en la actualidad.

Este calibre que estamos analizando, el .264 Win., perdió con el tiempo popularidad en su país de origen por causar grandes heridas en las piezas de caza con sus proyectiles ligeros lanzados a gran velocidad, ya que en la mayoría de los casos los americanos cazan venados por su carne más que por su trofeo.

Comparación entre un cerrojo Tika (izquierda) y el veterano L61 de Sako.

 

 

 

 

 

 

 

 

Es así que el .264 Winchester Magnun fue perdiendo vigencia, pero si lo usamos para lo que fue creado, es decir, disparar a trofeos a largas distancias en piezas de caza mayor, aún tiene su justificación y muchos admiradores… entre los que me encuentro.

 

Prueba de campo

Hicimos varios disparos en  el polígono de la finca, logrando unos grupos muy interesantes, pero si bien es de alto nivel sonoro, su retroceso es muy suave, muy fácil de controlar.

Entre los asistentes, se encontraba un amigo, don Ricardo Alba Posse, quien estaba pasando unos días en la finca tratando de cazar algunos trofeos y también al probarlo quedó prendado del arma. Por ello se lo prestaron para cazar un bello antílope de la India, logrando impactarlo a una distancia bastante larga, alrededor de unos 360 metros, con resultados devastadores, el animal cayó al ser impactado.

Hicimos varios disparos en el polígono de la finca, logrando unos grupos muy interesantes, pero si bien es de alto nivel sonoro, su retroceso es muy suave, muy fácil de controlar.

Cuando preguntó si sería bueno también para disparar apostado a la espera de los cochinos, José le dijo: «Date el gusto» y le cedió nuevamente el rifle. Por suerte, en la finca estaba bajando un tremendo jabalí (a juzgar por las pisadas que dejaba) a comer los restos de un búfalo que había muerto hacia unos días. Allí fue a esperarlo don Ricardo y a una hora temprana, sería antes de las 10 de la noche, bajó este gran animal, de tal tamaño que dudaron si se trataba de un guarro o de un ternero de búfalo. Pero cuando se coló un rayo de luz lunar, al despejarse un poco las nubes, Ricardo le colocó los 140 grains en el lugar correcto, saliéndole por el otro lado y causándole grandes destrozos al animal.

Un gran calibre el .264 Winchester Magnum, que todavía tiene mucho que ofrecer a quien lo quiera adoptar.

 

Carlos Coto