Prueba del nuevo visor Swarovski dS

La mejor manera de enfrentarse a los desafíos de hoy es usando la tecnología del mañana

Ramón A.C.Fitó

Gracias a  Esteller, he podido tener en mis manos una de las primeras unidades que ha llegado al mercado del Swarovski  dS 5-25×52 P, un visor inteligente que incluye medidor de distancia con sistema de corrección del punto de impacto y que, además, lo programas a partir de tu smartphone o tablet.

Un visor creado para poder ayudarte a conseguir tu objetivo de forma mucho más fácil, incluso a larga distancia. El nuevo Swarovski dS ha sido creado un visor para gente inteligente, sin distracciones, sin tener que realizar ningún cálculo ni ajuste manual, tan solo pulsar el botón de medición, colocar la marca iluminada en rojo con la corrección, que aparece en la retícula física, sobre el codillo del animal y apretar el gatillo… El éxito está garantizado.

Swarovski dS, Start Smart

Sacar el Swarovski dS 5-25×52 P de de la caja ha sido casi un orgasmo. La primera impresión al tenerlo entre las manos es que es un visor grande, muy grande, que mide 40,3 cm de largo y dispone de un tubo de 40mm, pero pese a ser tan grande no es pesado, quedándose en 1.090 gramos muy llevables, si sopesamos todo lo que incorpora en su interior y lo que nos aporta. El dS aprovecha la tecnología 5x ofreciendo un rango de magnificación de 5 a 25x, óptimo  para cazar incluso a larga distancia; su campana de 52mm es más que suficiente para conseguir una buena entrada de luz en todas las situaciones.  Tiene una transmisión de luz del 83% que os aseguro que os satisfará incluso en los momentos más críticos del día, no podemos olvidar que  estamos hablando de un Swarovski, una de las mejores marcas de óptica Premium del momento destinadas al mundo de la caza. Los mandos de iluminación, anillo de ajuste de aumentos y corrección de dioptrías colocados en el ocular son parecidos a los usados en la familia Z8, muy rápidos e intuitivos  de usar. Además, en la parte superior del ocular del dS encontramos dos cosas nuevas muy interesantes, la primera el botón de medición y la segunda el LED que indica la conexión del Bluetooth. A nivel de electrónica, es importante mencionar que su telémetro láser tiene un rango de medición que va entre los 30 y 1.375 metros, mientras que el programa balístico realiza los cálculos para poder disparar como máximo a 1.024 metros. El sistema de corrección del punto de impacto en la retícula es efectivo hasta los 16 MOAs de caída del proyectil, muchos o pocos dependiendo siempre claro está del calibre y tipo de munición utilizada, como referencia os diré  que podremos disparar sin problemas a animales hasta los 700 metros de distancia. Tenemos que tener en cuenta que el hecho de incorporar un telémetro, medidor laser, dentro de un visor telescópico no es nada nuevo para Swarovski, estos austriacos fueron los primeros en el mundo en hacerlo hace años con su modelo Habicht LRS 3-12×50.

Montar y ajustar el nuevo Swarovski dS es de lo más fácil. A la hora del montaje tenemos que considerar sus grandes dimensiones y  su tubo de 40 mm. que puede parecer una traba, pero ya encontramos varios fabricantes que disponen de monturas de esas grandes dimensiones, tanto en sistema pivotante como para montajes fijos sobre carril Picatinny.

Este nuevo visor ha sido instalado con unas monturas pivotantes Appel sobre un rifle TITAN 6 del calibre 7mm Rem. Mag., marca también distribuido  desde este año por Esteller.  Para regularlo  es importante tener en cuenta un pequeño detalle, la posición de las torretas de regulación no están donde las encontramos habitualmente, se encuentran bajo unas tapas totalmente integradas en la parte frontal del objetivo, posición que me recuerda a los Aimpoint Hunter. Para acceder a ellas  hace falta una  mini llave torx que se encuentra “escondida” junto a la pila de litio CR123A, que alimenta esta máquina de relojería austriaca, y a una pequeña herramienta para mover las torretas, todo dentro de lo que sería la posición clásica la torreta de elevación, desenroscamos la tapa y accedemos a estas herramientas.

Con el rifle perfectamente puesto a tiro a 100 metros con nuestra munición del 7mm Rem Mag RWS modelo T Mantel de 145 grains, empiezo a configurar el visor a través de la aplicación  “dS Configurator” que previamente he descargado en mi smartphone .

Esta aplicación está disponible tanto para App Store para iPhone como en el Google Play para Android. Pulsando las teclas +/- de la iluminación del visor durante tres segundos activo el sistema de Bluetooth en el visor, a continuación conecto el smartphone con el dS, y procedo a introducir los datos que me pide el formulario en  la aplicación referente a valores de la puesta a tiro y sobre la munición usada, pudiendo extraer los datos de la munición directamente de una completa librería o entrándolos manualmente en un modo experto. Finalmente transfiero los datos al dS y procedo a apagar el sistema Bluetooth de igual forma que lo he puesto en marcha, la verdad es que es fácil. Con todo esto, ahora ya tengo el Swarovski dS 5-25×52 P listo para la acción.

No es mi intención sentar cátedra, pero es primordial SIEMPRE comprobar el comportamiento de cualquier equipo y munición a diferentes distancias antes de ir de caza, incluso con este equipo de ensueño que hoy tengo entre mis manos, necesité esa dosis de confianza que me da el saber que todo funciona a la perfección. Estuve  poniéndolo a prueba el Swarovski dS 5-25×52 P  realizado mediciones y disparos  entre  100 y 400 metros. Pese a ser mi especialidad, tengo claro que tirar lejos no es fácil, para hacerlo bien hay que practicar, practicar y practicar, porque la mayoría de problemas que nos encontramos con esos tiros no son por culpa del equipo, sino del indio.

El amanecer del mañana

Me he sentido como un auténtico  pionero al ser uno de los primeros en abrir la veda a la caza inteligente poniendo a prueba y descubriendo todas sus virtudes de este nuevo Swarovski dS en una situación real de caza y la verdad es que me ha gustado mucho.

Tenía la excusa perfecta,  un  permiso para un rebeco selectivo en la Reserva Nacional de Caza del Cadí, concretamente en la zona de Coll de Pal, situado en la antigua carretera que une las comarcas del Bergüeda y la Cerdanya antes de la construcción del fenomenal  túnel del Cadí. En el mismo Coll de Pal, a 2.070 metros de altura, dejamos los coches para salir andando con los guardas hacia la montaña, hacia el cazadero elegido, la falda sur del Puigllançada con sus inmensos prados y caminos de vacas desde los cuales disfrutamos de espectaculares vistas entre las que destacaban el Pedraforca y la Serra del Cadí por un lado y la zona de Puigpedrós y el Puigmal por el otro.  El viento  y las bajas temperaturas  nos dieron la bienvenida, teniendo que recurrir al uso de los guantes y una braga en el cuello para mantener nuestro calor corporal al bajar del coche, pero podíamos estar contentos, ya que por lo menos no llovía como había hecho en jornadas anteriores. Nuestra suerte o desdicha es que la caza en montaña implica esfuerzo y sacrificio, pese a que en esta ocasión la dificultad del camino era muy baja al ser prados, el desnivel siempre se nota cuando subimos y consiguió que rápidamente entrara en calor.

En estas fechas, los isards (Rupicapra pirenaica) se encuentran ya más bajos y buscan las grandes solanas.  Rápidamente  descubrimos a un par de ejemplares de rebeco a más de 600 metros de distancia, me puse ya nervioso por si podía tirarles, pero los guardas, con su telescopios terrestres, los desecharon rápidamente por ser ejemplares muy jóvenes. Continuamos nuestro camino por la ladera ganando altura progresivamente y avanzando hacia la zona llamada del Tossal del Rus. En lontananza del  fondo del valle, mi padrino Pascual descubrió cruzando el primer rebaño de rebecos, formado por 32 ejemplares, verdaderamente estaban muy lejos y en su camino se alejaban aún más de nosotros con lo que no perdimos el tiempo y continuamos la marcha. La verdad es que estaba muy contento, por lo menos desde primera hora de la mañana ya estábamos avistando animales y esto  en la caza es siempre de agradecer. Hablando con los guardas me comentaron que esta zona de la Reserva Nacional de Caza del Cadí  es la que mejor se ha recuperado desde el pestivirus que en el año 2005 dejo muy mermada su población de rebecos.

Continuamos el camino sin prisa pero sin pausa. Quien ha cazado en montaña sabe perfectamente a lo que me refiero, siempre pendientes de ver y no ser vistos, cosa muy difícil en esa inmensidad de prados. El problema es que al ir encontrando rebaños la posibilidad de ser descubiertos por alguno de sus miembros es muy alta, cuando eso ocurre emiten un característico silbido que pondrá a todos en el modo fuga.  Al llegar a cruzar una canal con una gran zona de piedras sorprendimos a otro pequeño grupo con 6 ejemplares que nos descubrieron y  rápidamente emprendieron la huida montaña abajo, sin darnos ocasión literalmente a nada.

Así es la caza queridos amigos, como decía el maestro  Ortega y Gasset, en el prólogo del libro de Veinte años de caza mayor, del Conde de Yebes, para que la caza sea caza tiene que conservar dos factores imprescindibles: la dificultad y la inseguridad, y pese a ir con uno de los equipos más evolucionados del momento, seguía cazando. Andar y andar, parar para observar y coger un poco de aire,  eso es cazar en altura, una de las modalidades más deportivas que existen y una de las que más me apasionan.

La verdad que el peso del equipo ni lo notaba llevaba en mi hombro colgado 4,5 kilos pero como si nada.  Tras salir de un recodo de la montaña, justo al fondo delante nuestro descubrimos la silueta cortada en el cielo de un nuevo rebaño con 14 ejemplares comiendo alegremente. Rápidamente nos tiramos al suelo para no ser descubiertos. Estaban a 481 metros, relativamente cerca para el equipo y calibre que íbamos a utilizar en este lance, pero los guardas decidieron hacerles una entrada más que para asegurar el tiro, querían asegurar al animal que íbamos a tirar, esto amigos es cómo funciona en más ocasiones de las que deseamos el mundo de la caza a larga distancia en nuestro querido país. Fuimos avanzando lentamente metro a metro arrastrándonos literalmente  por la ladera,  hasta que el guarda consideró una distancia suficiente para poder observar paciente el rebaño con el fin de seleccionar prudentemente el animal que yo tenía que abatir. Buscaba una hembra, pero tenía que estar seguro que no tuviera ningún cabrito a su cargo que alimentar. Esperaba las órdenes del guarda que parecía que nunca iban a llegar, al final se decidió y me susurró: “El tercer animal empezando por la izquierda, dispara cuando lo tengas en buena posición”.

Tumbado literalmente en el suelo, entré en lo que yo denomino modo lance… Aseguré mi posición y alimenté  y acerrojé el rifle Titan 6 con un mortífero cartucho RWS del 7mm Rem Mag. Busqué con el visor ese animal, una vez lo tuve en el centro de la retícula procedí a subir los aumentos en el dS llegando hasta 20x, más que suficientes como para verle el color de los ojos al rebeco. Pulsé el botón de medición y marcó 295 metros iluminándose instantáneamente de color rojo  la corrección del punto de impacto. Tiré el gatillo hacia delante para montar el pelo francés del disparador y procedí a colocar el punto de corrección sobre el animal, que estaba comiendo aproado hacia nosotros. La verdad es que mi posición no era del todo correcta pero tenía el rifle completamente estable y la retícula no se movía nada, mientras esperaba que el animal se colocara mejor para poder realizar un tiro perfecto. No tardó en levantar la cabeza y girarse un poco, mirando hacia la montaña, mostrándome ya algo su flanco. La verdad es que no esperé, lo tenía muy claro y apuntándole al codillo acaricié el gatillo produciéndose un gran estruendo… El resto ya os lo podéis imaginar, nunca antes fue tan fácil abatir un rebeco a esa distancia, gracias al Swarovski dS se abre la veda a la caza inteligente.

Nota: agradezco la cesión del material  a J. Esteller, S.L., Polígono Industrial Molí dels Frares, Calle C, nº34, 08620 S. Vicenç dels Horts, Barcelona.

Tel: 936 724 510,  e-mail: jesteller@esteller.com