Martini-Henry

El rifle que cambió la historia

El hecho se desgaja de la gran importancia que en el tercer tercio del siglo XIX tenía el Imperio Británico. Cualquier cosa que éste hiciese obligaba a que los demás países hicieran algo al respecto. El fusil Martini-Henry fue el detonante de que los armeros de todo el mundo empezaran a diseñar sistemas de cierres, desde los más simples a los más complicados… pero algo había que hacer.

Friedrich Ritter von Martini.

 


Tropas británicas armadas con fusiles Martini-Henry en la batalla de Tell el-Kebir, Egipto, en 1882.

La historia de esta acción descendente y basculante a la vez, comenzó en los Estados Unidos con Henry O. Peabody, natural de Boston, quien en 1862 obtuvo una patente para un sistema que sería el germen del Martini. El primer fusil Peabody era en calibre .55 de fuego anular y su sistema de percusión se basaba en una pletina con martillo externo.

Con el final de la Guerra Civil Norteamericana, el gobierno citó a todos los inventores de armas para que mostraran sus productos en pos de elegir uno. En total se presentaron 64 diseñadores. En los primeros diez días sometieron a los fusiles a baños de agua y a dejarlos a la intemperie, inmediatamente finalizado este plazo y sin limpieza alguna se los dispuso para que hicieran fuego. Solamente quedaron nueve.

Fusiles Martini-Henry calibre .577/.450.

A éstos se los enterró en la nieve y permanecieron varios días. Nuevamente, se les hizo una prueba de funcionamiento, sólo quedaron cuatro. A continuación se les hizo la prueba de resistencia. Disparaban cartuchos con sobre presión y después normales para ver su precisión, sólo quedó uno: el Peabody.

Sistema de cierre Martini.

Y aquí prevaleció un criterio económico que en sus comienzos fue bueno, aprovechar los fusiles de pistón y hacerles la conversión Berdan. El error de los americanos fue que finalmente se produjeron fusiles y carabinas Trapdoor como armas nuevas, ya que sólo se utilizaron en una primera etapa las pletinas. Es decir, el ahorro se fue al traste y con el costo real de producir armas de nuevo cuño, el ejército de los EE.UU se compró fusiles y carabinas totalmente desfasadas en el tiempo. Mi gozo en un pozo. Conociendo, como ya conocemos los aparatos gubernamentales, es factible que alguien se habrá quedado con una diferencia sustanciosa, mientras que el ejército obtenía un arma vieja. El éxito alcanzado hizo que la empresa Providence Tool Co. se interesase en su producción. El gobierno americano compró solo algunos fusiles para ser utilizados por milicias. Pero, otros fueron más inteligentes: Canadá compró 3.000, Rumania 25.000, Francia (que aún utilizaba el Chassepot 1866 de aguja, totalmente desfasado) ordenó 39.000. Otros países, como: Turquía, España, México, Dinamarca y Serbia compraron un total de 700.000 ejemplares.

Martini –Henry en calibre .577/.450 de pólvora negra deportivo, hecho por Lancaster.

En Suiza, los viejos fusiles de avancarga se transformaron a la conversión Milbank-Amsler, pero entre tanto, ordenó 15.000 armas largas Peabody. La única modificación fue que en vez de adoptar el calibre .45 o el .50, Suiza adoptó el 10,4 mm de fuego anular. Por tanto, pocos fusiles mantuvieron su calibre original .71 y pasaron a este cartucho que Suiza mantuvo como de reglamento hasta 1890, en los fusiles diseñados por el director técnico de SIG, Friederich Vetterli.

 

Martini

Esquema del estriado Henry para pólvora negra. Obsérvese la carencia de aristas que simplificaba la limpieza de residuos.

Esta familia, aunque de origen es innegablemente italiano, se había establecido hacía muchísimo tiempo en Baviera. Friedrich Ritter von Martini nació en 1833 en Herkulesbad, población perteneciente al Imperio Austro –Húngaro. Después de probar suerte como ingeniero en varios países europeos se afincó en Suiza, trabajando para Sulzer. Pero duró poco, ya que comenzó a trabajar para Heinrich Tanner en su fábrica de maquinaria.

Finalmente, se hizo cargo de su pasión y se transformó en un diseñador de armas, estableciéndose en Fraunfeld, Suiza, hacia 1860.

 

 

 

 

El fusil del cambio

Esquema del sistema Martini: acción cerrada y abierta.

El Gobierno Británico, con la aprobación del sistema Snider de conversión de los fusiles y carabinas de avancarga en armas de retrocarga conservando el mismo cañón, se sentía cómodo como para tomarse el tiempo necesario en elegir un buen sustituto del aquél. En los años subsiguientes se realizaron varias pruebas en la búsqueda de un arma superior, se probaron muchos sistemas, pero aquellos daban más importancia a su construcción que a la precisión. Los cartuchos calibre .577, .500 y .451 demostraron ser los más precisos.

Johann Ulrich Hämmerli, fundador de la empresa homónima.

Por tanto, en 1869 las autoridades se decantaron por el uso del sistema Martini y un cañón fabricado por Henry con su característico estriado. Se utilizaría munición Boxer y las mismas vainas del .577 Snider agolletadas al .450 con un proyectil de plomo endurecido con envuelta de papel de 480 grains y 85 grains de carga. Con este cartucho el fusil británico Martini se puso a la cabeza de los más potentes en el sector militar. El arma se aprobó definitivamente en abril de 1871. De este modo el sistema Martini demostró ser uno de los mejores monotiros de su época.

Con un único movimiento de su asa de apertura abría la recámara, expulsaba el cartucho servido y montaba el sistema de percusión. Era sencillo, tenía pocas piezas y, sobre todo, era y es muy robusto.

El fusil Martini-Henry tenía un largo cañón de 33” (83,8 cm.) y llevaba las siete estrías dextrógiras diseñadas por Henry. Gracias a su precisión estos fusiles y rifles fueron muy utilizados para el deporte del tiro.

Rifle de caza Hämmerli-Martini hacia 1890.

La carabina llevaba un cañón más corto de 22” (55,8 cm.) y utilizaba un cartucho, que aunque igual exteriormente, llevaba una carga inferior: 71 grains en cartuchos enrollados (coiled) o 65 en cartuchos fabricados por extrusión. El proyectil pesaba en ambos casos lo mismo: 410 grains.

Rifles de tiro Hämmerli-Martini. Arriba, 300 Metros Libre de 1925 y debajo Fusil Libre de 1931.

Militarmente su vida fue corta, ya que en 1878 se adoptó el primer Lee-Metford en calibre .303 British de pólvora negra; pero, como siempre ocurre con las arma de reglamento llegó hasta la Primera Guerra Mundial en regimientos indígenas.

 

En el campo deportivo

Martini desmontable hecho por Jeffery en la década de 1930 en calibre .300 Holland and Holland Mágnum.

Al margen del gran contrato que significó la adopción por parte del ejército británico y su imperio, en el campo deportivo su aparición fue determinante, inclusive o mejor dicho, cuando la pólvora negra ya era algo del pasado, ocurrió el verdadero boom del Martini. Este rifle, en diferentes versiones deportivas y adoptando los calibres reglamentarios de la pólvora nitro, se infiltró en todos los clubes de tiro del mundo. Otro tanto ocurrió con las pistolas, que si bien militarmente llegaron tarde, pues los revólveres ya estaban bien instalados, en el campo deportivo y en calibre .22 LR, .32 S&W Largo y .38 S&W tuvieron un enorme éxito desde finales del siglo XIX a finales del XX. Por ejemplo, en el Campeonato Mundial de Moscú de 1990, los tres primeros utilizaron pistolas libres Hämmerli con acción Martini.

Pistola Libre Hämmerli modelo 33. Pistola Libre Hämmerli modelo 33.

Tal vez el más famoso fabricante de rifles de tiro con acción Martini fue Hämmerli & Hausch quien los vendió por todo el mundo desde Europa a América. Se tiene por cierto que el primer concurso de tiro a 300 metros fue en Lyon, Francia, en 1897, para celebrar sus 25 años de existencia, resultando vencedor el equipo suizo y sus rifles Hämmerli & Hausch-Martini en calibre 7,5 Suizo.

Detalle del logo en oro de un rifle Jeffery calibre .300 Holland and Holland Mágnum.

Un año después se celebró en Turín otra competición internacional y fue cuando el gran mito del tiro deportivo suizo, Konrad Stäheli, ganó su primera medalla de oro; por supuesto, iba armado con un Martini.

Campeonato Mundial de París 1900, el equipo suizo integrado por (izda-dcha.): Stäheli, Kellenberg y Roderer. Los dos de los extremos llevan Martini, mientras que Kellenberg tiene un Schimdt-Rubin modelo 1889.

Finalmente en 1901 se celebró el concurso de tiro Internacional de 300 metros, con la participación de: Países Bajos, Bélgica, Francia, Italia, Austria, Alemania y Suiza. La intervención de tiradores fue masiva, alrededor de 18.000. En ese mismo encuentro se creó la UIT y para 1907 ya contaba con 10 estados miembros. En 1902 el punto de encuentro fue Roma y el equipo suizo con sus Martini en calibre 7,5 Suizo quedó por detrás de los italianos y reconocieron la superioridad del cartucho 6,5×51 italiano, que era menos falible al viento y mejor en rendimiento. De hecho, muchos de los tiradores suizos cambiaron los cañones de sus Martini en 7,5 por el 6,5 italiano.

Culata regulable Härmmeli hacia 1920.

Para la década de 1920, Hämmerli ofrecía unos 10 modelos diferentes de rifles Martini para tiro y caza. Y no fue la única empresa de armas que lo hizo, pues no olvidemos en que la década de 1920 y 1930 armeros como Jeffery, Lancaster, Greener, etc. usaron estas acciones para hacer rifles deportivos en calibre: .22LR, .256, .300 Rook, .303 British, .300 y .375 Holland and Holland mágnum.

Sin duda, la acción Martini es uno de los grandes hitos de las armas internacionales.

 

Pedro Beristarain