Arthur Radclyffe Dugmore

Un alma intrépida

Arthur Radclyffe Dugmore fue un ciudadano británico, nacido en Irlanda en 1870, en realidad debe su éxito en cuanto a la popularidad de sus escritos y películas a Nueva York. Es por ello que es fácil leer que era estadounidense, ya que éstos lo suelen tomar como tal. De hecho, en varios artículos se dice que fue uno de los pioneros estadounidenses en el cine documental.

La naturaleza fue su gran pasión.

Arthur Radclyffe Dugmore fue un hombre de su tiempo y el que le tocó fue harto interesante, ya que la época victoriana estaba en su apogeo y la expansión del imperio parecía no tener fin. De hecho, se decía que un inglés podía cruzar el África solamente armado con su bastón. Evidentemente, aún quedaban algunos reveses que les tocaría afrontar como la batalla de Isandhlwana, contra el rey zulú Cetshwayo kaMpande (1826 – 8 de febrero de 1884) o la caída de Khartoum y la muerte del general Gordon.

Canadá fue su primer gran destino.

Recibió una educación de alto nivel, como correspondía su clase. Mantuvo gran interés por los deportes, en especial la caza a la que se dedicó en cuerpo y alma desde temprana edad. Amaba la modernidad y su tiempo fue pródigo en ella, en especial en cuanto a armas se trataba.

Ingresó en el ejército británico y llegó al rango de mayor, lo cual le permitió recorrer gran parte del Imperio, abriéndole un mundo de sensaciones, como podemos ver en su obra The Vast Sudan (El Gran Sudán, publicado en 1924) como oficial del Cuerpo de Camelleros. La Primera Guerra Mundial conmocionó su existencia, como la de tantos, ya que nadie de su época podía aventurar la gran masacre y destrucción que traería. Sobre el conflicto nos dejó una obra reflexiva, que veremos más adelante para poder seguir un orden cronológico de los acontecimientos de su vida. Como advertí, su florecimiento como autor y artista fue en Nueva York, pero vivió durante largas temporadas en Bournemouth, Hampshire, en Inglaterra.

 

Aventuras y negocios

Arthur Radclyffe Dugmore en Kenia durante su primer safari.

Además de cazador, el mayor Arthur Radclyffe Dugmore fue un gran pintor, de hecho, sus obras se cotizan en las grandes galerías de arte, pero además, fue un magnífico fotógrafo y cineasta que inició, junto con otros, como James Lippit Clark u Osa Johnson, una nueva visión del cine: el documental.

Sus inquietudes por la naturaleza lo llevaron a su primera obra literaria Birds Home (Hogares de Aves) en 1900, en la cual, de una forma naif ofrece una información sobre las aves del Este de los EE.UU., desde su nidificación hasta sus costumbres y hábitats naturales, que aún hoy se tiene muy en cuenta entre los ornitólogos.

En 1908, junto con el estadounidense James Lippit Clark, (1883-1969), viajó a África. Clark hizo muchas fotografías para el semanario Colliers y fue el primer cineasta documentalista que filmó en el Continente Negro. También fue un gran taxidermista y entre los muchos trofeos que montó a lo largo de su vida, se cuentan los de Theodore Roosevelt.

Con trabajos como Home birds se inició en la ornitología.

Su primer safari de “sólo” cuatro meses en el África Oriental Británica, actual Kenia, originó una de sus obras más conocidas,  y que en 1910 publicó en Londres la editorial W. Heinemann,  Camera Adventures in the African Wilds (Aventuras con la Cámara en las Tierras Salvajes de África). Tras sus páginas se esconden mapas, una excelente colección de fotografías y un estudio de las gentes, la fauna, y hasta las necesidades que se deben cubrir para acometer un safari. En sus descripciones se aventura el gran autor que devendrá con el tiempo.

Sus trabajos como naturalista se fundían con los de un antropólogo, aunque su visión de cazador es omnipresente. África fue su sueño y también parte de un calvario debido a las enfermedades que contrajo a los largo de los años, esto no fue óbice para disfrutar de los safaris y que consiguiera grandes trofeos, como se puede ver en sus obras.

 

Fue otro de los pioneros de la fotografía nocturna.

 

 

 

 

 

 

 

Ruta que siguió Arthur Radclyffe Dugmore en Kenia, publicada en la versión alemana de su libro Aventuras con la Cámara en las tierras salvajes de África.

Fue un viajero empedernido y, como la gran mayoría de los británicos de entonces, tenía un vasto imperio por explorar; Canadá fue su objetivo en 1907 y nuevamente en 1913. Allí conseguiría excelentes trofeos de caribú, osos y elks. También dejó una copiosa información de la zona y de sus habitantes. Con la misma editorial londinense en 1913 publicó The Romance of the Newfound-land Caribou (El Romance de un Caribú de Terra Nova). En sus páginas se hallan constantemente la visión del naturalista y la del cazador que, como sabemos, es la misma. Se trata de un libro de cabecera para conocer todos los aspectos de la vida de estos mamíferos, desde su hábitat, costumbres, alimentación, migraciones, etc. A esta experiencia literaria le sigue otra del viaje de 1913, que la editorial W. Heinemann publica en 1914, The Romance of the Beaver (El Romance del Castor).

Sus trabajos sobre leones y otros felinos aún se mantienen vigencia entre los estudiosos.

Durante el primer conflicto mundial, donde le tocó lo peor, nació When the Somme Ran Red, the Experiences of an Officer of the King’s Own Yorkshire Light Infantry During the First World War (Cuando el Somme Corre Rojo, Experiencias de un oficial de Infantería Ligera del Regimiento de su Majestad de Yorshire durante la Primera Guerra Mundial), publicado en 1918. Relata la batalla homónima, del 1º al 13 de julio de 1916, cuando el ejército británico perdió 19.240 hombres de sus 57.470. Ese día se demostró la estupidez y la falta de preparación de la oficialidad británica al enviar regimientos enteros contra las líneas de ametralladoras. Este libro no le sirvió para hacer muchos amigos entre sus compañeros del ejército, pero nos da una clara idea sobre la personalidad del autor.

The Vast Sudán apareció en 1924 y es, quizás, la obra más autobiográfica, ya que trata sobre su vida en este país y en el Cuerpo de Camelleros de su Majestad. Es una obra clave para comprenderlo; en ella se mezcla invariablemente la cotidianeidad de la vida militar y la inmensa geografía de Egipto y Sudán como algo constante, omnisciente. En 1923, realizó dos safaris por las tierras de Kenia, conocida entonces como el África Oriental Británica y Tangañyka, arrebatada a los alemanes en la Primera Guerra Mundial. De esta experiencia queda el libro y una película en 35 mm., The Wonderland of Big Game (La Tierra de las Maravillas de la Caza Mayor). La primera edición fue de la editorial británica Arrowsmith, en 1925.

En aquel año conoció a un editor estadounidense, James Pond, quien se encargaría de hacer conocer su obra en ese país. Fue una relación muy fructífera para ambos, un claro ejemplo fue su citado libro y posterior película The Wonderland of Big Game, que James Pond se encargó de distribuir en los Estados Unidos, llegando a convertirse en todo un éxito de taquilla hacia 1928. De la frondosa comunicación epistolar entre ambos, como la carta enviada desde Oxford el 14 de Agosto de 1927, “el único punto que requiere una posible alteración es la duración del film, que dejo enteramente en sus manos”, se desprende que Arthur Radclyffe Dugmore era el artista y James Pond el hombre de negocios.  De este modo, lo que comenzó como algo anecdótico en sus safaris se fue convirtiendo en una ocupación a tiempo completo y que desembocó en una inversión en personal y dinero más importante, como la contratación de camarógrafos extras, además del mismo Arthur Radclyffe Dugmore. Fue el Museo de Brooklyn, donde Dugmore tenía muchos contactos, quien suministró los técnicos necesarios para el rodaje.

Dugmore como oficial de Infantería Ligera del Regimiento de su Majestad de Yorshire, durante la Primera Guerra Mundial.

Evidentemente, su salud se había resentido con sus viajes por el Continente Negro y como deja claro en su carta del 9 de octubre de 1927 a Pond, “me siento desolado, no más África”. Pero un nuevo proyecto le levantó el ánimo, un crucero, el Ascania de la línea Cunard lo llevaría a Nueva York, con él viajaba todo el material, fotos y películas, recabado en sus safaris, como las películas The Wonderland of Big Game, junto con sus libros The Vast Sudan  y  The Romance of the Caribou y también The Romance of the Beaver.

El 18 de enero de 1928 llegó a la metrópoli estadounidense alojándose en el hotel Prince George. Allí recibió la invitación de la Sociedad Deportiva de Filadelfia para dar una conferencia, pues el público estaba ávido de sus aventuras. Los coloquios y charlas se sucedían una tras otra, y el 5 de junio se encontraba en Canadá, donde visitó las montañas Rocosas hasta mediados de octubre, para volver a Chicago después de hacer un amplio recorrido. Durante este viaje tuvo oportunidad de cazar varios alces y recorrer mucho campo. En 1928 y posteriormente, en 1930, Chatto and Windus, publicó In the Heart of the Northern forests (En el Corazón de los Bosques del Norte). Es su libro más raro de encontrar y se basa en sus observaciones de la vida salvaje de Norteamérica, desde los grandes trofeos de caza como el alce, caribú y elk, hasta los castores.

Como todo viajero, este cazador a la edad de 60 años publicó Autobiography of a Wonderer siendo, como es evidente su libro más íntimo, donde vivencias y ambiciones se transmutan en logros y fracasos. De este modo, la vida lo fue transformando en un ser más en consonancia con los grandes espacios que con la existencia ciudadana y en Through the Sudán (A Través de Sudán) de 1938 acomete esta visión.

Durante su larga y prolífica carrera como escritor sobre la naturaleza salvaje y la humana, tuvo grandes colaboradores como Harold Robert Millar (1869 – 1940), un gran dibujante escocés de finales del siglo XIX y comienzos del XX. Para dar una idea de con quien se codeaba profesionalmente Arthur Radclyffe Dugmore, Millar era dibujante de la revista The Strand, quizás la más famosa de su época; además, ilustró muchas obras de Rudyard Kipling y otros autores.

Su primer trabajo con Arthur Radclyffe Dugmore fue en 1928 en su libro African Jungle Life.  Sobre él, Lowell Thomas escribió uno muy interesante, Rolling stone; the life and adventures of Arthur Radclyffe Dugmore, (Canto Rodado, la vida y aventuras de Arthur Radclyffe Dugmore),  aunque en realidad el primero se limitó a escribir el prólogo y poco más, ya que el resto es autobiográfico. Esto prueba una vez más el genio del autor en toda su extensión. Con el paso del tiempo sus viajes se ralentizaron, pero no su inquietud por la caza, afición que mantuvo hasta casi el final de sus días.

Tuvo un hijo que siguió la carrera militar obteniendo el rango de Teniente Coronel, John William Radclyffe Dugmore, quien falleció en 1992. Arthur Radclyffe Dugmore falleció en Inglaterra en 1955, dejando un gran legado para la posteridad.

 

Saúl Braceras