Cartucho cal. 416 Rigby

Insuperable

Saúl Braceras

Desde el desarrollo del cartucho metálico existieron calibres y armas que han sentado las bases de lo que vendría. Algunas combinaciones como el 7×57 Español y el cerrojo Mauser 1893 dieron lugar a toda una gama de cartuchos medios o estándar. El .375 Holland and Holland Mágnum con un cerrojo 1898 y cargador con una capacidad para cinco balas fue el detonante de los cartuchos mágnum y, a modo de epítome de la cartuchería para animales peligrosos, tenemos al .416 Rigby y el cerrojo Mauser Mágnum.

El cartucho .416 Rigby amerita cerrojos grandes como el Mauser Magnum o el de este Voere XXL

Un cartucho ambicioso

 

El .416 Rigby es, sin lugar a dudas, un cartucho bastante específico, mucho más que el .375 Holland and Holland Mágnum, pero menos que el .458 Lott o el .470 Nitro Express 3 ¼”. Dicho de otra forma, permite sacar un rendimiento extra al primero. Su relativa especificidad se la da el que pueda montar proyectiles, además de los típicos 400 grains, con 300, 350 o 450. Aunque la carga original era de 410 grains, fue Norma quien, en 1971, la cambió a 400. Sobre esto volveremos más adelante.

Cartucho original .416 Rigby comparado con uno Norma y una vaina disparada. Como podemos observar el hombro Norma es ligeramente más recogido que el original Rigby.

El desarrollo de este cartucho lo podemos buscar bastante antes de su aparición en el mercado, para ser más exacto hacia la década de 1890, cuando la firma John Rigby & Co. comenzó a vender rifles de cerrojo Mauser modelos 1893 y 1985. Su primer cartucho de esta gama fue la mejora del 7×57 Mauser Español que, el tercer John Rigby, cuando era superintendente de la Real Fábrica de Armas de Enfield entre 1887 y 1894, cayó en cuenta de que el peso ideal de un calibre 7 mm. era 140 grains y no 175. De hecho, bautizó al mismo como .275 Rigby y en vez de una punta redonda le colocó una aguzada o spitzer.

Hacia 1897 Rigby tenía muy adelantado un nuevo vástago para la fauna media africana el .400/.350 Nitro Express que finalizó en 1899, al que dotó del cerrojo más universal que se ha producido hasta el momento, el Mauser modelo 1898. Este cartucho colocaba un proyectil de 310 grains a 2.100 p/s, lo cual le permitió cierta fama dentro del Imperio Británico, pero su energía, de 3.035 Libras/pie2 era muy justa.

En 1898, la empresa John Rigby & Co. se convirtió en la distribuidora para Gran Bretaña y todo su imperio de los armas Mauser.

El .400/350 Nitro express llevaba pestaña, lo cual era un inconveniente para el cerrojo alemán, pero supieron solucionarlo utilizando cerrojos del Mauser Modelo 1898 Tailandés en calibre 8x52R. Éste llevaba un cargador lanzado hacia delante que hacía que las pestañas del cartucho tailandés no se engancharan unas con otras y lo mismo hizo con las de .400/.350 Nitro Express.

El .400/.350 Rigby estaba pensado para armas basculantes y, aunque las firmas madre y Mauser supieron encajarlo en un cerrojo, rápidamente fue superado en 1905 por el cartucho 9,3×62 del armero alemán Otto Bock que hacía volar a sus proyectiles de 232 grains a 2.624 p/s con una energía de 3.548 Libras/Pie2 y los de 293 a 2.430 p/s con 3.842 Libras/Pie2. Todo un acierto balístico que aún perdura y sigue teniendo muchos adeptos (entre los que me cuento) para la caza pesada europea y americana y también la mediana africana.

Joseph Roberts en 1956. Milán.

Esto impulsó a Rigby a poner en el mercado un nuevo cartucho, ya sin pestaña, al que denominó .350 Rigby Mágnum que colocaba un proyectil de 225 grains a 2.625 p/s., con una energía de 3.440 Libras /pie2. Cabe agregar que este cartucho nunca gozó de la simpatía de los cazadores británicos y menos aún de los europeos continentales, mientras que el 9,3×62 se volvió el preferido de los coloniales en toda África alemana, belga y francesa. También tuvo muchos seguidores en la parte británica y aún hoy sigue siendo un cartucho fantástico de caza para animales grandes como el alce. No olvidemos que RWS mantuvo en producción una versión de éste con punta blindada para elefante hasta hace unos 20 años. El gran problema que tuvo el cartucho de Otto Bock fue la prohibición del uso de una bala con calibre inferior al 9,5 mm.

Angela Roberts, Joseph Roberts y Paul Roberts en su armería de St. Martins Lane, justo en el norte de Trafalgar Square, Londres.

Si bien cientos de elefantes fueron abatidos por el 9,3×63 antes de su prohibición, la realidad dice que es muy justo para animales como éste (con 286 grains das 3.970 Libras/Pie2) y que conviene usar aquellos que lo aventajan como el .375 Holland and Holland Magnum, mi cartucho preferido para la gran mayoría de la caza en el mundo.

Volviendo a nuestra historia, el mercado británico a comienzos del siglo XX era muy activo en producción de armas y cartuchos, ya que en 1905 William Jackman Jeffery introdujo su .404 homónimo (400 grains a 2.300 p/s y una energía de 4.700 Libras/Pie2) y en 1909 Westley Richards hizo otro tanto con el .425 (410 grains a 2.350 p/s con una energía de 5.010 Libras/Pie2). He tenido la suerte de utilizar ambos cartuchos y, aunque la pestaña rebatida del .425 nunca me dio problemas, siempre me decanté más por el .404. Sobre éste quiero agregar una cosa, su carga original de 400 grains a 2.300 pies me pareció excelente, pero en la actualidad algunas firmas lo cargan de forma más potente acercándolo a un .416 Rigby, lo cual no lo veo acertado por el aumento de la presión.

La firma Mauser, junto con DWM, decidió dotar de un cartucho potente a sus clientes, sobre todo del África alemana, e introdujeron el 10,75×68 en 1908 (347 grains a 2.200 p/s con una energía de 3.740 Libras/Pie2). Este cartucho aportó un problema con sus proyectiles de 347 grains blindados pues, en primer lugar, eran demasiado ligeros, les faltaba esos 50 grains más como aportaba, por ejemplo, el .404 Jeffery. Además, sus envueltas demostraron ser muy endebles y tendían a aplastarse (“fish tail” del inglés “cola de pez”, pues al comprimirse de lado, parte del plomo de los proyectiles blindados salía por su base dando una penetración deficiente) y por tanto, su trayectoria era errática.

La firma Kynoch realizó una gran mejora en este sentido para el 10,75×68, haciendo unas puntas sólidas con envueltas más gruesas que sí mantenían una trayectoria correcta y penetraban lo suficiente. No obstante, y a pesar de haberlo usado bastante, mis simpatías me reconducen al .404 Jeffery y, por supuesto, al .416 Rigby.

El cartucho .416 Rigby dio origen a otro menos conocido, pero no menos eficiente: el .450 Rigby.

El 10,75×68 no sólo fue muy utilizado en el África alemana, en la belga y francesa tuvo muchísimos seguidores, como así también, gran cantidad de armeros europeos continentales lo recamararon en sus armas, como FN, Mahillon y otros. John Pondoro Taylor en su libro African Cartridges habla pestes de este cartucho; como es lógico yo no voy a contradecir a este cazador británico, pero sí diré que sus aseveraciones dejan mucho que desear en varios aspectos y que hoy en día se toman sus notas, sobre todo las de caza, con mucha reticencia.

En el libro Grandes Calibres Africanos, Editorial Solitario, página 64, de mi querido amigo Tony Sánchez-Ariño encontramos que es más benevolente con el 10,75×68 y recuerda que cazó sus primeros trofeos africanos, dos gorilas saqueadores de plantaciones, con un rifle de este calibre.

Paul Roberts (sentado tercero por la derecha) en una cacería con el Maharajá de Patiala en 1982.

 

Rigby no se iba a quedar quieto con todo lo que ocurría en el mercado y en 1911 introdujo el .416 homónimo que aportaba una vaina enorme y muy larga. A modo de solución, se valió de su fuerza como distribuidor británico de Mauser y logró que esta firma produjera su acción Mágnum para acoger con soltura el nuevo cartucho. El cerrojo original modelo 1898 tiene una longitud de 16,2 cm. y el Mágnum un centímetro más.

El largo del cerrojo es muy importante, pues hace años en la ya desaparecida Armería Española de Madrid, tuve en mis manos un Mahillon del .416 con cerrojo 1898 estándar y que para poder utilizar este cartucho de grandes dimensiones habían comido hacia adelante parte de las mortajas del cerrojo 98 debilitándolo. John Rigby & Co. también produjo varios rifles del .416 con cerrojo 98. Sobre todo durante el periodo de la desaparición de la firma Mauser por causa de la Segunda Guerra Mundial. Pero esto se solucionó con  la aparición de la firma francesa Brevex en 1956, afincada en Suresnes, donde el ingeniero polaco, Polanski produjo los cerrojos homónimos de mayor longitud conocidos como Magnum para poder albergar cartuchería de grandes dimensiones, como el .416 Rigby. La herramienta utilizada por Brevex fue la que los franceses desmantelaron de la fábrica Mauser después de la guerra.

La década de 1960 a 1970 fue muy dura para las firmas británicas de armas y John Ribgy & Co. fue comprada por un empresario que tenía un club nocturno, llamado David Marx, quien en 1984 se fusionó con J. Roberts & Son de mi amigo Paul Roberts o Paolo Roberti, ya que es de ascendencia italiana y su padre cambió el Roberti por Roberts. La firma J. Roberts & son fue creada por el padre de Paul, Joseph “Pip” Roberts, con el nombre comercial de J. Roberts & Co en 1953.

Paul Roberts produjo muchos rifles Rigby del .416 con cerrojo Brno 602 modificados. Una anécdota es que la Brno no vendía sus cerrojos sino el cerrojo con su cañón y como Paul había comprado muchos de éstos en .458 Winchester Mágnum, decidió utilizarlos y desarrolló el .450 Rigby, que fue probado en África por primera vez por Tony Sánchez-Ariño.

En 1997 la firma John Rigby & Son fue vendida a un grupo americano presidido por Tony Galazan quien se llevó la razón social a California. En cuanto a los rifles express se siguieron haciendo en Europa, a cargo de mi amigo Piero Zanardini. Hasta que nuevamente Rigby fue vendida en 2012 al grupo alemán L&O propietario de Blaser, Sauer y Mauser. De este modo, Rigby volvió a Londres y desde entonces está dirigida por Marc Newton, que fue durante años la mano derecha de Paul Roberts, quien a su vez sigue dirigiendo J. Roberts & Rifles en West Sussex, Inglaterra.

Siempre se ha comparado al .404 Jeffery con el .416 Rigby y viceversa. Ambos son cartuchos muy eficientes, aunque el Rigby le saca un plus extra.

Una gran noticia fue que en 1989 la compañía Federal anunció que el .416 Rigby entraría en su línea de producción y casi simultáneamente Ruger incluyó este cartucho para su rifle Modelo 77 Mark II

Los primeros rifles fabricados por Rigby solían tener cañones pesados de 26 pulgadas (66 cm.). Posteriormente se rebajó más o menos en una pulgada y se los hizo más ligeros. Entre 1912 y 1940 Rigby solo fabricó 189 rifles. Los dos primeros que se produjeron en 1912 fueron para los coroneles Sir A. Woods y R.W. Schumacher.

En razón de la escasa cuantía de rifles Rigby del .416 puedo decir que Gibbs produjo menos de la mitad de ésta en su .505. y Jeffery solo unos 24 rifles del .500 homónimo dentro el período de entre guerras. En el caso del .404 Jeffery es otra historia, pues en primer lugar este cartucho no precisa de un cerrojo mágnum y, además, muchas fábricas de armas lo han producido; por contrapartida, el .416 era un cartucho de propietario, es decir que había que pagar un canon para su producción a Rigby.

Desde el primer momento en que se puso en el mercado el .416 fue recibido como merecía, ya que se trataba de un cartucho poderosísimo de trayectoria muy tendida hasta los +- 200 metros y con un poder de penetración hasta ese momento desconocido.

Utilizaba un proyectil de 410 grains a 2.370 p/s con una energía de 5.100 Libras/Pie2, esto permitía abatir grandes animales desde prácticamente cualquier ángulo o al menos incapacitarlos para permitir un segundo y definitivo disparo. Esto lo catapultó a transformarse en el rey de los “Large Medium Calibers”. Y de a poco fue relegando al .404 Jeffery a un segundo lugar, ya que el .416 Rigby lo supera en 1.325 libras/pie2 de energía.

La producción de Rigby & Co. de rifles en este calibre entre 1912 y 1987 fue la siguiente:

De 1912 a 1940, como ya dije fue de 189 rifles, con cerrojo Mágnum Mauser. A partir de 1940 la numeración de estos rifles se inicia con el 5.750.

De 1941 al 1959, con cerrojos Mauser estándar, Mágnum y Brevex es de 131.

De 1960 a 1967, solo 17 rifles, dos con cerrojo Mauser Mágnum y el resto con la Brevex.

De 1968 a 1983, 14 con cerrojo Brevex, 12 con Mauser Mágnum y uno con Brno modelo 602.

De 1984 a 1987, se produjeron 40, la mayoría con cerrojo Brno 602, uno con Mauser 98 estándar y varios con Mauser Mágnum de armas Rigby recuperadas sobre todo del .350 Rigby Magnum.

Todos estos sumados nos dan 408 rifles fabricados por John Rigby & Co. durante 75 años. Estos datos sobre la producción los obtuve el libro Grandes Calibres Africanos, de Tony Sánchez-Ariño, Editorial Nyala, pág. 57. Como es lógico, recomiendo su lectura.

Tabla comparativa

               Calibre                                              Peso                     Velocidad            Energía                                                                                                                                                                                        Proyectil              Inicial                   Inicial                                                                                                                                                                                          Grains                  P/s                        Libras/Pie2

               .400/350 Rigby                               310                       2.100                   3.035

               9,3×62 Mauser                               293                       2.430                   3.842

               350 Rigby Mg.,                               225                       2.625                   3.440

               .404 Jeffery                                     400                       2.300                   4.700

               .425 W.R                                          410                       2.350                   5.010

               10,75×68                                          347                       2.200                   3.740

               .416 Rmgton.                                  400                       2.400                   5.115

               .416 Rigby                                        410                       2.370                   5.100

               .416 Rigby                                        400                       2.422                   5.210

Particularmente, tengo un Voere modelo XXL recamarado a este cartucho y con el cual estoy más que encantado, pues me ha permitido hacer disparos a gran distancia (promedio de 160 metros) apuntando siempre dentro del animal. Nuevamente, me tomo la libertad de citar a Tony Sánchez-Ariño en su libro “Cazadores de elefantes, hombres des de leyenda”, Editorial Nyala, donde en su página 343 dice que de los 49 cazadores citados en este libro 13 utilizaron el .416, quedando en segundo lugar detrás del .577 3” Nitro Express que fueron 16. Tony supo conseguir con este cartucho y su rifle Rigby: 484 elefantes, 854 búfalos, 77 rinocerontes negros, 18 leopardos y 193 leones, lo cual nos habla de la contundencia del cartucho/rifle y de la pericia del cazador.

En 1967 la firma Kynoch suspendió la fabricación de toda munición metálica, lo cual benefició a la empresa Winchester y sus rifles modelo 70 African recamarados al .458 Winchester Mágnum. En tanto, los poseedores de armas en calibres como el .416 Rigby se mesaban las barbas.

Pero cartuchos como el .416, .470 o el .500 no iban a morir sin pelear. De hecho, el propietario de John Rigby & Co., David Marx y Tony Sánchez-Ariño rediseñaron las envueltas del .416 Rigby y se las presentaron a Norma que, en enero de 1971, produjo 50.000 cartuchos para la firma londinense y aquí es donde se cambió de los 410 grains a los actuales 400. Evidentemente, dicha alteración en el peso no es ni buena ni mala, sino simplemente, es.

Cartucho .416 Remington Mágnum, .416 Rigby y .416 Weatherby Mágnum. Este último es ligeramente más potente, pero en la realidad no es nada sustancial.

Estos cartuchos fabricados ex profeso para John Rigby & Co. llevaban un elefante dibujado y entre febrero y octubre de dicho año se vendieron 22.000 cartuchos. Podríamos decir, que la “sed” de estos quedó totalmente demostrada y saciada.

A partir de entonces se inició la fabricación estandarizada de cartuchos del .416 Rigby por varios productores de munición, como: Federal, Wolfgang Romey, Kynanco-Kynoch de David Little y, por supuesto, Norma, entre otros. De este último fabricante sueco puedo decir que hace unos años introdujo una modificación en el cartucho .416 Rigby al montarle, además de los proyectiles típicos de 400 grains, uno de 450 a 2.150 p/s (655 m/s) con una energía de 4.620 libras/pie2.

La generosa vaina del .416 Rigby dio lugar a toda una saga de cartuchos americanos como el .30/378, .378, .416, .460 Weatherby Magnum a la cual su dueño y mentor, Roy Weatherby, le colocó un suncho para magnumizarlo. De hecho, en la época en que era difícil encontrar vainas del .416 se las hacía torneando el suncho del .378 o del .460 Weatherby. El último desarrollo que nació de la vaina del .416 Rigby es el .300 Pegasus, uno de los cartuchos mega-ultra-magnum de la actualidad.

Muchos cazadores de primerísimo nivel han utilizado al .416 Rigby, y comenzaré por Tony Sánchez-Ariño, no por ser español, pero sí por ser el más importante a nivel internacional y que siempre se ha referido a este cartucho como “la extensión de su brazo derecho”. Después ha habido muchos más como Brian Nicolson, el coronel J. Stevenson Hamilton, el comandante David Blunt, Eric Rundgren, Harry Selby, Pete Pearson, “Karamojo” Bell, George Rusby, “Samaki” Salmón cuyo rifle Rigby nº 3484 en .416 (originalmente fabricado en 1917 para el coronel R.B. Fell) está en poder de Tony.

En la actualidad le han salido varios competidores con resultados distintos en cuanto a su éxito, el más importante es el .416 Remington y he podido verificar que a pesar de usar una vaina más pequeña como la del 8 mm. Remington Mágnum, que a su vez es la del .375 Holland and Holland y generar más presión, sus aportaciones son las mismas que las del Ribgy y nunca he tenido problemas de extracción. Otros cartuchos con menos éxito son el .416 Weatherby y el .416 Taylor, ambos producidos por Norma.

En cuanto a la efectividad del .416 Rigby podemos decir que entre “Samaki” Salmon, Bill Priedham, Eric Rundgren y Tony Sánchez-Ariño se abatieron 7.300 elefantes. Hoy en día parece mentira y una aberración dicha cifra, pero cuando se cazaron estos trofeos, gracias a los efectivos controles de caza deportiva había elefantes “para aburrir”, no como ahora que con las prohibiciones solo cazan los furtivos para el mercado del marfil chino. Estos son los que están acabando con todo, ya que a un furtivo-nativo las mafias chinas le pagan 100 dólares el kilo de marfil y no podemos echarle la culpa a éste, pues ese dinero no lo gana ni en un mes, sino a los políticos corruptos africanos y de otros sitios que permiten este comercio infame. Eso sí, todos se llenan la boca en contra de la caza deportiva y es ésta la que hace que la fauna sea rentable como un bien renovable y sostenible.

¡Buena caza!

.505 Gibbs, .500 Jeffery, .450 Rigby, .458 Winchester Mágnum, .425 Westley Richards, .404 Jeffery y .416. Sin duda alguna, el .416 Rigby es un Happy Medium entre estos grandes cartuchos; aunque, cada cual ha sabido agregar lo suyo, como en el caso del .505 Gibbs y del .500 Jeffery.