Armas Largas /

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Más vale tarde que nunca Cuando Estados Unidos entró en la Segunda Guerra Mundial su ejército y el cuerpo de Marines no tenían fusil de francotirador. La cúpula militar estaba deseosa de adoptar uno semiautomático, el ingeniero mecánico John C. Garand, quien durante la Primera Guerra Mundial se interesó en las armas militares, diseñando una ametralladora ligera, fue el que dio la solución. Aunque su ametralladora ligera no tuvo éxito comercial, le sirvió para entrar en el Arsenal de Springfield en 1919. Allí comenzó a trabajar sobre un fusil...