Voere modelo 2002 XXL, calibre .450 Rigby

Simplemente devastador

Un cerrojo fortísimo y diferente

El rifle que hoy nos ocupa tiene un cerrojo totalmente rediseñado y de dimensiones gigantescas, es decir, a tono con el cartucho que utiliza, el .450 Rigby.

Además de su tamaño llama la atención la suavidad de su desarrollo, recordando a acciones tan nobles como las Mannlicher – Schoenauer, pero con la adición del dispositivo de montado y desmontado de percutor. Cabe agregar que por esta razón no lleva un seguro tradicional, pues al desmontar el sistema se hace obvia su desaparición.

El cierre del mismo se verifica en sus dos tetones en la cabeza del cerrojo y en el asa de apertura. Siguiendo con la parte delantera de éste, ésta envuelve por completo al cartucho, lo cual redunda en una mayor seguridad en caso de rotura de la vaina y/o pistón, ya que dicha cubeta reconducirá con éxito los gases hacia el agujero de escape. Allí también hallamos la uña extractora y el corte para que entre el expulsor. Para asegurar el suave discurrir del cerrojo dentro de la acción cuenta con un cuerpo macizo de grandes proporciones. En el 2002 XXL todo es grande, perfectamente pulido.

El disparador es fantástico, sin recorrido y muy ligero, 800 gramos, para mí está muy bien, pero si alguien lo quiere modificar puede hacerlo ya que es regulable.

Su cargador es de petaca extraíble con capacidad para tres cartuchos más uno en recámara. Por tanto, estamos hablando de cuatro cartuchos del .450 Rigby, si sumamos la energía de todos llevamos nada menos que 23.392 libras/pie2, pues cada uno tiene en la boca 5.848, gracias a sus 2.350 p/s con su carga original de 480 grains de proyectil. Un detalle importante es que el cargador deja al cartucho totalmente enfilado con muy escasa inclinación positiva hacia la recámara facilitando la alimentación segura. El cañón es masivo con sus 61 cm. de longitud, donde encontramos un alza muy espartana y el punto de mira de material sintético muy reflejante, al que yo hubiese preferido en latón u oro alemán. A mitad del cañón, aproximadamente, encontramos detalles muy británicos como el porta-correa.

La culata es de nogal con buena veta y sobre todo bien orientada para soportar el severo retroceso del .450 Rigby. Como todo ornamento lleva un puntal de ébano.

 

La munición Norma de .450 Rigby

El origen de este interesante cartucho es que Paul Roberts, antiguo propietario de la firma Rigby y actual de Jeffery, producía un rifle llamado Professional en calibre .416 Rigby y para este modelo más económico, en vez de usar cerrojos Mauser Mágnum utilizaba los CZ, pero Brno le vendía cerrojo y cañón, y la mayoría o casi todos eran en calibre .458 Winchester Mágnum y con tanta cantidad de éstos nació la idea de usarlos con un cartucho de nuevo cuño.  El .450 Rigby es la adaptación de la vaina del .416 homónimo al calibre .45, es decir, lo mismo que hizo Roy Weatherby con su malhadado .460 que usa igual vaina, pero la dotó de un suncho y una velocidad en boca de 2.600 p/s con 600 grains. También Dakota la utiliza, pero sin suncho y comete el mismo error que Weatherby al propulsar el proyectil de 500 grains a 2.550; mientras que el .450 Rigby se mantiene en unos 2.350 p/s.

A diferencia del cartucho original diseñado por mi amigo Paul Roberts en 1995, que monta un proyectil de 480 grains, el de Norma utiliza uno de 550 proyectado a 2.100 pies/seg.

La línea de cartuchería African PH ha sido diseñada para los grandes animales, pensada para dar siempre algo más y para ello se vale de un peso extra, es decir, al aumentar la masa del proyectil se optimizan ciertos criterios balísticos como el Momentum, la densidad seccional y la capacidad de penetración.  Podemos preguntarnos: ¿qué se gana con esto? Respuesta: un mayor rango de efectividad en nuestras armas, ya que al tener más variedad de proyectiles elegiremos los que mejor van en función de los animales que deseemos cazar. Éstos son los criterios responsables del valor final de Knock Out y del Momentum, este último se basa en multiplicar el peso de la masa del proyectil por la velocidad, no al cuadrado como lo hace la fórmula de la energía. Y todo ello está bien, pero carece de sentido si no utilizamos la teoría Finn Aagaard que básicamente es lo siguiente: exacta colocación del impacto + penetración suficiente.

La serie Norma African PH asegura una penetración más profunda que uno de menor peso y esto nos beneficia al poder disparar desde cualquier ángulo, pues el proyectil alcanzará los órganos vitales.

Al obtener una mayor penetración con un proyectil más pesado por contrapartida tendremos una trayectoria más parabólica. Esto no es muy importante en una gama de cartuchos pensados para los Cinco Grandes ya que siempre se disparan a muy corta distancia.

 

El Voere XXL .450 Rigby en el campo de tiro

Para la prueba utilicé munición Norma African PH dada la abundancia y precisión de ésta. Probé sus dos tipos de proyectiles: sólido y expansivo ambos en 550 grains de peso.

Como ya he dicho, el disparador es de concurso y la suavidad del cerrojo lo hace muy deseable. No tan deseable es el retroceso, sobre todo en el campo de tiro, pues cazando nunca he sentido nada, incluso con cartuchos más severos. Esto hizo que los primeros disparos tuvieran una mejor agrupación y los posteriores, como se puede ver en la fotografía, debido al stress del retroceso, se abrieron un poco más.

 

Saúl Braceras