Winchester 1895, cal.405

Todo un clásico

Se trata del último diseño en armas de palanca de John Moses Browning para esta compañía. Al margen de tener una acción que le permitía manejar cartuchos más largos que en el modelo 1894 (.30-30, .32-40) utilizaba un cargador de petaca. El motivo era más que evidente, la compañía fundada por Oliver Winchester, como todas las que fabrican armas, tenía como primera meta interesar a los ejércitos y los de entonces utilizaban proyectiles de punta redonda y ya comenzaban a preferir los spitzer o puntiagudos. Como sabemos, éstos no pueden usarse en cargadores tubulares, ya que la punta del cartucho de atrás apoya sobre el pistón del de adelante.

A lo dicho hay una salvedad, los franceses, que fueron quienes revolucionaron el armamento con la introducción de la pólvora nitro (poudre B) en 1886 con su fusil Lebel en calibre 8×50 R, que a su vez era un remedo del fusil diseñado por el militar austrohúngaro, Alfred Kropatschek (1838-1911) que, en 1874 desarrolló un sistema de repetición basado en un cargador tubular y el cerrojo del fusil Gras.

Del primer modelo de 1895 o “Flat side”, debido su acción de planos rectos y con una palanca de una sola pieza, se hicieron solo 5.000 ejemplares. En la foto vemos uno en calibre .30-40 Krag o Government.

Y como los militares son muy renuentes a los cambios, en el Lebel siguieron con el cargador tubular, pero el proyectil del 8×50 R homónimo (balle D) era puntiagudo, tuvieron que hacer un parche o apaño que funcionó bastante bien. Se trataba de una canaleta circular en el culote del cartucho, para que la punta del proyectil trasero se introdujera en ésta en el delantero. Lo dicho solucionaba el problema de la baja aerodinamia de los proyectiles de cono truncado si los comparamos con los puntiagudos. Pero no lo hacía con la lentitud de carga de los cargadores tubulares, que se hace cartucho a cartucho, mientras que los de petaca admiten el genial peine, que en un solo movimiento introduce cinco, como en la mayoría de las armas de aquel momento a excepción del Carcano, que usaba un peine-cargador de seis y de algún otro.

De esta forma John Browning aporta un rifle de palanca, es decir muy rápido de disparar munición nitro de gran potencia con proyectiles puntiagudos o spitzer y muy rápido de amunicionar su cargador gracias al peine del contrato ruso. El arma tuvo una gran acogida en el plano civil, pues aportaba una cartuchería muy poderosa, mucho más que la de sus modelos hermanos 1894 y, por supuesto, 1892.

Una marca que ya entonces era leyenda.

El gran éxito de este modelo llegó cuando el Ejército Zarista lo adoptó en 1915 en calibre 7,62×54 Mosín Nagant, pues supuso una venta de 293.000 fusiles, que se estrenaron en la Primera Guerra Mundial.

Del Winchester 1895 se hicieron varios modelos:

1)            Rifle deportivo con cañón de 28” en calibre .30-40 Government, .35 Winchester, .30-03 Government y .405 Winchester.

2)            Fusil militar con cañón de 28” y 30” en calibre .30-40 Government, .30-03 Government, .30-06 Springfield, .303 British, 8×50 Lebel y 7,62×54 Mosin Nagant.

3)            Carabina deportiva con cañón de 22” y 23,8” en calibre .30-40 Government, .30-03 Government, .303 British y .405 Winchester, que es la que traigo a estas páginas.Gracias a su potencia se ganó rápidamente el favor de los cazadores de todo el mundo.

El fusil militar logró su cometido con el contrato ruso, aunque varios países compraron algunos ejemplares a modo de prueba. El principal inconveniente es que un Winchester 1895 es más caro de producir que un fusil de cerrojo.

En cuanto a las versiones deportivas lograron un gran éxito en cuanto a aceptación; de hecho, en libros de caza, como Cacerías en la Tierra del Dragón del Dr. Kenneth P. Czech (Editorial Solitario, 2006) cuya lectura recomiendo, veremos que varios cazadores como el británico Sir Arthur de Carle Sowerby, aunque nacido en 1885 en Taiyuán, Provincia de Shanxi, China, utilizó un Winchester 1895 para un argali del Gobi. Este cazador nos dejó su libro “Fur and Feather in Northern China” de 1914.

Kermit Roosevelt con una hembra de eland de gran tamaño y su Winchester 1895.

En el mismo libro leemos que el subinspector de policía en el distrito occidental de la Provincia del Noroeste de la India, en el apogeo del Raj, Samuel J. Stone, utilizó otro 1895 en su cacería de yaks salvajes. Nos relata “corrí tan rápido como pude y realicé un disparo rápido a 150 yardas con el Winchester…” Este cazador dejó un único libro: “In and Beyond the Himalayas: A Record of Sport and Travel in the Abode of Snow”, de 1896.

Otra gran deportista, y creadora de los documentales tal cual los conocemos hoy, fue Ossa Johnson, que utilizó muchos Winchester, entre ellos el modelo 1895 en .405 Winchester para la caza del búfalo cafre y del rinoceronte. Sobre este último existe una película rodada por su marido Martin Johnson (quien también usaba uno igual que el de Ossa) cuando ella por gestos le dice que filme mientras un rinoceronte blanco le carga. Su seguridad como tiradora era tal que lo deja aproximarse a pocos metros y le dispara un único tiro con su .405 derribándolo de inmediato.

Arthur de Carle Sowerby, con un argali cazado en el desierto de Gobi, muestra orgulloso su trofeo y su rifle 1895.

De mi libro Cazadores exploradores (I), Ediciones Valmayor S.L. (2011), rescato a otro usuario del modelo 1895, el presidente Teddy Roosevelt quien en su safari de 1909, eligió personalmente el armamento que constaba de cuatro rifles Winchester 1895, tres en calibre .405 y uno en .30-40 Krag-Jorgensen o Government, un Springfield deportivo en .30 Government, dos rifles Express: uno Holland and Holland .500/.465 y otro Rigby. Para la pluma llevaron dos escopetas Fox calibre 12-65.

Theodore Roosevelt usó dos Winchester en .405 y .30-40, el citado Springfield, cuyo calibre exacto no lo he podido saber, pues él se refiere a éste como .30 Government y para ese entonces bajo esta denominación había dos factibles cartuchos: .30-03 y .30-06; también el express H&H .500/.465 y una escopeta Fox. Aunque el ex-presidente estaba encantado con su Holland and Holland .500-.465 que le había regalado un grupo de británicos encabezados por E. N. Buxton, Lord Avebury, el gobernador de Sudán, Mayor General Sir F. Reginald Wingate (muy nombrado en “Los Siete Pilares de la Sabiduría, de Lawrence de Arabia”), F. C. Selous, N. C. Rothschild y Coronel John Henry Patterson (el autor de los devoradores de Tsavo), etc.

Un fino punto de mira de perfil redondo acompaña a una alza tipo express, graduada desde 100 yardas hasta 400.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Kermit Roosevelt utilizó: un express Rigby, un Winchester 1895 en .30-40 y otro en .405 y una escopeta Fox. La empresa Winchester utilizó este safari como promoción de su modelo 1895, ya que el mismo Teddy Roosevelt llamaba a su rifle en .405 Winchester “My medicine gun for lion”. El total de piezas cobradas entre Thedy y Kermit fue de 512 ejemplares de 79 especies diferentes de mamíferos, aves y reptiles. Aunque se recolectaron 1.112 aves de 210 especies, 1.320 mamíferos y 771 reptiles, la mayoría de estos trofeos fueron obtenidos con los Winchester modelo 1895 en .405 y, menos, en .30-40 Krag y también por la escopeta Fox en 16-65. Todo ello fue reflejado por Theodore Roosevelt en un magnífico libro “African Game Trails”.

Martin y Ossa Johnson descansan sobre el búfalo que los cargó. Ambos armados con Winchester 1895 en calibre .405.

Otro que lo utilizó fue Charles Cottar, famoso cazador de Kenia, quien hacia 1940, no tuvo la misma suerte, como Tony Sánchez-Ariño relata en su libro Garras y Colmillos (Editorial Solitario) cuya lectura también recomiendo, pues un rinoceronte acabó con él, a pesar de haberle disparado todos los cartuchos del cargador del rifle.

Del safari de Theodore Roosevelt de 1909, de izda.-dcha.: R.J. Cunnighame, Kermit Roosevelt con sus 1895 en 405, Theodore Roosevelt con su Holland and Holland del .500/450., Edmund Heller y el dueño de la propiedad, Hugh H. Healey.

La empresa Winchester tuvo tanta fe su modelo 1895 que lo puso en el mercado con su propia numeración comenzando por el nº1 y entre 1896 y 1931 se produjeron 426.000 ejemplares en nueve cartuchos diferentes. De este modelo se fabricaron dos versiones de cierre: el primero o “Flat side” por su acción de planos rectos y con una palanca de una sola pieza del cual se hicieron solo 5.000 ejemplares. Del segundo modelo, con una acción de paredes con rebaje y palanca de dos piezas, el resto. Está claro que el segundo modelo es superior en funcionalidad y hasta en seguridad que el primero.

No obstante, en ambos modelos 1895 se puede usar cualquier calibre a plena carga dada la robustez del cierre. Como todo en la vida llega a su fin, la colaboración entre John Moses Browning y Winchester finalizó en 1902 a raíz de las discrepancias entre ambas partes por la producción de una escopeta semiautomática, craso error de la firma americana. Esto dio origen a la intensa y estrecha colaboración de Browning con la empresa belga FN.

 

El rifle

La preocupación de John Moses Browning para que sus rifles de palanca no se abrieran de forma espontánea, le hizo desarrollar varios sistemas, el mejor fue el del modelo 1895 con su palanca móvil y gancho de cierre en la acción.

John Moses Browning siempre tuvo una preocupación en cuanto a que sus rifles de palanca no se pudieran abrir de forma incontrolada. El primer atisbo fue colocar en la palanca del 1866 un pestillo que se debía girar a mano. Lo mantuvo en los modelos 1873 y 1876. Fue retirado en los modelos 1886, 1892 y 1894, pero en el 1895 en su segundo modelo, la palanca de dos piezas articulada tenía esa finalidad.

Para poder albergar cartuchos más largos que el .30-30 del modelo 1894, en el 1895 Browning diseñó un cerrojo que se articulaba por debajo y a su vez permitía que el bloque de cierre bajara y permitiese su apertura.

La obturación del mecanismo se verifica en el último momento, cuando la palanca cierra por completo y empuja un bloque que engancha la corredera. Éste, como en todas las armas de palanca Winchester, conviene no desarmarlo, pues la vuelta atrás suele ser dura y, en general, termina con una vista al armero.

A pesar de sus casi 61 cm. de cañón es un arma compacta.

La longitud de los cañones de estos rifles varía desde los 71,12 cm. (28”) hasta en algunos modelos: 91,4 (36”), una verdadera exageración que se usó para tiro. Como ya he dicho, los fusiles militares tuvieron cañones de 71,12 cm. (28”) y de 76,2 cm. (30”) y las carabinas de caballería 55,8 cm. (22”), pero la que traigo a estas páginas tiene un cañón de casi 61 cm. (60,8cm.), lo cual, sin ser extremadamente largo, ayuda a un mejor aprovechamiento de los gases de la combustión de la pólvora.

Con la carga de 42 grains de SP-9 y 300 de proyectil Hornady, el cartucho es muy preciso y no tiene una presión muy elevada, como se ve en la imagen.

A pesar de que en general estos rifles y carabinas llevaban un sistema de puntería bastante espartano, la que tenemos en esta oportunidad lleva alza tipo express, lo cual no debe llamarnos la atención, ya que en los modelos producidos para el Imperio Británico solían hacerlo y esta carabina procede de una subasta de la casa Holt´s de Londres. El alza fija está graduada a 100 yardas y los librillos a 200, 300 y 400.

En general, las maderas son simples, aunque con un correctísimo alineamiento longitudinal del veteado. Originalmente llevaría una cantonera de ebonita o de metal tipo Crescent, pero con la que ha llegado a nuestros días es una de goma tipo H&H. En la chimaza tenemos el remate de ébano en forma de lágrima invertida, un detalle que Winchester hacía en las armas más elaboradas.

Su disparador es muy bueno y, sin duda, su cañón de 60,8 cm. son los responsables de la excelente precisión demostrada.

La acción del 1895 le permitía recamarar cartuchos largos como el .405 y el .30-06.

Este rifle y su carabina tipo militar volvieron a ser producidos por Browning hace unos pocos años en calibre .30-06; en 2008 fueron recamarados al .405 Winchester y al .30-40 Krag-Jorgensen para los nostálgicos de otros tiempos.

 

El cartucho .405 Winchester

Fue diseñado específicamente para el modelo 1895 e introducido en el mercado en 1904. También fue utilizado en los rifles monotiros de esta empresa, como igualmente en rifles express belgas y británicos. Asimismo,  lo recamaró el rifle de cerrojo Remington-Lee.

La chimaza lleva un remate de ébano en forma de lágrima invertida, detalle que Winchester guardaba para sus mejores modelos.

Gracias a sus cualidades balísticas, el cartucho deportivo por antonomasia fue el .405 Winchester, pues con proyectil de 300 grains a 2.200 pies/s. hacía la diferencia para alces y fauna de buen tamaño. También, como hemos visto, fue usado con éxito en África e India, sobre todo en animales de peso mediano y piel blanda.

De izda.-dcha.: .405 Winchester, 9,3×62 y 9,3x74R. La potencia del .405 estaría en medio de estos dos, aunque los cartuchos alemanes tienen una trayectoria es más tensa.

Si revemos su rendimiento balístico comprobaremos que es muy similar al 9,3x74R, aunque en el .405 al tener proyectiles de mayor diámetro y más cortos, su trayectoria es menos tensa que la del cartucho alemán. En nuestro caso es mucho más que suficiente para montear, sobre todo si usamos proyectiles Hornady HPXTP de 210 grains del calibre .41 S&W Mágnum (.410”.), pues nos aseguraremos una expansión perfecta, más que si usamos sus proyectiles de 300 grains y con envuelta dura. Asimismo, ganamos en velocidad inicial.

Los proyectiles de 210 grains me gustan para usarlos en España en las monterías, donde generalmente disparamos contra animales de talla mediana y, como es lógico, los originales de 300 grains fueron pensados para otros, como el búfalo americano, elk, alce o los africanos eland y, con ciertos remilgos, el león y búfalo. Por tanto, si sirven para especies de más de 350 kilos no serán buenos para los de 60.

 

Disparos y más disparos

Un buen grupo de tres disparos con 300 grains Hornady y 42 grains de Sp-9.

Gracias a la Armería Izquierdo, C/Muñoz Grandes, nº6, 13630 Socuéllamos (Ciudad Real), tel: 926 53 11 46, conseguí los dies, vainas Hornady y proyectiles Hornady de 300 grains y también de 210. Le hice una recarga con pólvora Sp-9 de 42 grains para la punta de 300 y 45 para la de 210, con un punto de impacto idéntico a 50 metros.

Evidentemente, el retroceso de los cartuchos cargados con 300 grains era más recio y los de 200 un placer.

Cuanto uno resucita uno de estos cartuchos clásicos se da cuenta de por qué estuvieron tanto tiempo en el candelero (o candelabro como digo una famosa modelo).

¡Buena caza!

 

Saúl Braceras