Walther PPQ 9 mm. Parabellum

Para defensa y uso policial

Este vástago de Walther aporta el sistema de disparo Quick Defense que viene a cerrar el círculo en cuanto a necesidades operativas se refiere, para un arma con una meta clarísima: la defensa. El armazón de fibra de vidrio con polímero reforzado está dotado de una empuñadura Hi-Grip de gran rugosidad para asegurar un asimiento correcto y firme, sin ninguna posibilidad de enganchones con la ropa, tanto en el momento de desenfundar como durante el disparo.

 

Una P-99 mejorada

En un maletín de material sintético, al cual Walther nos tiene acostumbrados, junto con el blanco de pruebas, dos cargadores, un dispositivo de carga para éstos, dos lomos S y L de empuñadura (que con el que trae colocado son tres) que se acomodarán a cualquier tipo de mano y el manual de instrucciones, viene esta nueva pistola.

Su principio de funcionamiento es por corto retroceso, con el enganche en la ventana de expulsión, algo ya conocido en este modelo. Se ha quitado un aspecto superfluo de la P-99 y es el indicador del grado de tensado del percutor, que de la forma en que funcionaba el tirador no lo advertía.

El disparador pretensado Quick Defense es el argumento más adecuado para un arma de defensa que siempre está cargada, por tanto, es cien por cien seguro y rápido. Además, éste nos da la misma presión para el primer disparo como para el último, la cual se mantiene en 2,5 kg. Se trata de una P-99 mejorada gracias a su disparador anti-stress que permite una salida del disparo limpia, pues nos advierte en el momento exacto en que va a producirse. Este aspecto innovador asegura una precisión encomiable, como veremos más adelante en la prueba de tiro.  Otra ventaja que aporta este nuevo sistema es el cortísimo recorrido de tan sólo 9 mm., con lo cual se cumple con los requerimientos de ciertas Unidades Especiales, como así también, con las del Tiro Práctico para Production.

Se mantiene el criterio, con lógica, de que la lengüeta media del disparador actúa como un seguro anticaída pasivo. En pocas palabras si sumamos todos los seguros automáticos (total 3) me atrevo a decir que estamos ante una de las pistolas más seguras de la historia. Otro activo es que ha sido dotada de un carril Picatinny tipo 1911, por tanto, se adapta a cualquier acoplamiento para las ayudas que nos parezcan pertinentes.

Mantiene el indicador de bala en recámara de la P-99, que se halla en la parte trasera del extractor, con un funcionamiento simple, cuando éste tiene enganchado un cartucho deja visible una marca roja, también podemos detectarla pasando el dedo por encima en caso de bajas condiciones de luminosidad. Lo mismo ocurre con el cambio de los lomos de la empuñadura de muy fácil realización. Es de agradecer el dispositivo de carga para los cargadores, pues 15 cartuchos del 9 mm. Parabellum ó 12 del .40 S&W se hacen muy pesados de cargar y nuestro pulgar lo agradece. También ofrece cargadores opcionales con una capacidad para 17 cartuchos.

Su sistema de puntería es el mismo, tres puntos fosforescentes, con regulación en el alza para la deriva y altura mediante cambio de punto de mira. Su radio de miras es de 156 mm., con su cañón de 102 y sus medidas son  180/135/34, aquí, como vemos, no hay novedad con respecto a la P-99.

En cuanto a sus accesorios realmente se puede decir que son legión y que van desde nuevas fundas Padle a cargadores, etc.

 

Disparando con ganas

Como ya he dicho, el disparador es el principal activo de esta PPQ, aunque también su disponibilidad ambidiestra de los elementos funcionales, como así la rugosidad de sus cachas.

Munido de suficientes cartuchos Fiocchi de 123 grains FMJ, me dirigí al campo de tiro. Como en toda pistola semiautomática lo primero que siempre verifico es su capacidad de disparar sin interrupciones y después de una caja empleada a estos menesteres debo decir, que no las hubo. Después pasé a la prueba de precisión a la que se unió un amigo que es un gran tirador de pistola y que supo sacarle más beneficio que yo. Publico su blanco pues me parece que llamará la atención poderosamente, fue realizado el 13 de diciembre en Canto Blanco a 25 metros a mano alzada. Después de esto no me queda nada más que decir, salvo felicitar a los técnicos de Walther quienes, como siempre, han hecho de sus armas algo más.

Saúl Braceras