Walther P22 Q Black

En el cartucho más popular

Un diseño al socaire del modelo PPQ en 9 mm. Parabellum. Una vez más insistiré en este desierto legislativo, cuando no farragoso y subsahariano, del reglamento de armas (en minúscula) donde se castiga a las armas del .22 dejándolas sólo para competición, cuando son la base de la pirámide de los futuros tiradores.

Esta deliciosa pistola de reducido tamaño me recuerda a la Walther PP que mi Padre llevaba en la guantera de su coche, pues a la entrada de la finca solía disparar a las perdices que apeonaban y que esa noche cenábamos.

Entre los usos de la diminuta P22Q, se puede hallar el de complemento a un arma de defensa de mayor calibre, debido a su capacidad de 10 cartuchos en el cargador y escaso peso: 480 gramos, como así también el de tiro informal, ya que la más pequeña de la serie, son dos P22Q y P22Q Target, ambas se pueden guiar con la Licencia Federativa. Además, se han puesto en el mercado varios modelos más con diferencias más bien cosméticas, como: las P22Q Nickel, Target Nickel, Digital Camo e IL Black, al margen de versión silenciada y con visor de punto rojo P22 Set I o P22 Set II con apuntador lasérico.

Como ya advertí, la Walther P22Q es producto de una larga saga de armas en este calibre, tan apreciado por tiradores, cazadores y profesionales. De hecho, en el terreno de las versiones silenciadas y con visor de punto rojo, P22 Set I, es un claro guiño a los Servicios Secretos, muy afines a las susurrantes armas de .22 LR.

 

El arma

La P22Q viene en el maletín típico de material sintético al que el fabricante nos tiene acostumbrados. En él encontramos: un segundo cargador, un lomo intercambiable de la empuñadura  una llave para desarme y cambio de cañón, dos puntos de mira y uno tappered junto a un vástago.

Mantiene con acierto el viejo seguro de la pistola PP, que envuelve al percutor, pero a diferencia de ésta no abate el martillo, pero es ambidiestra, como también lo es el asa de retenida del cargador y la de desarme.

Posee un armazón de polímero y, al igual que la anterior, lomos intercambiables para hacer que las cachas sirvan para cualquier mano. En cuanto a los seguros los hallamos en el martillo-percutor, de caída y de cargador. Aunque el cañón es fijo lo podemos intercambiar por el de 5” con contrapeso como el del modelo Target.

No obstante se diferencias de la PPQ en 9 mm., ya que ésta tiene martillo a la vista, simple y doble acción. Estamos ante un arma interesante y de reducidas dimensiones: 160/114/28 mm.

 

En el campo de tiro

El alza es regulable en deriva y tiene tres puntos de mira para variar la altura, más uno tappered para cuando se usan ayudas ópticas, y una configuración de tres puntos blancos.

Sus cargadores metálicos tiene una capacidad de 10 cartuchos + uno en recámara.

La doble acción tiene una tensión, en la pistola que recibí, de 5 kilos y la simple de 1,9 k, lo cual está bien para un arma de back-up, pero no tanto para el tiro informal, no obstante, con el concurso de un armero o si usted es un “manitas” la puede reducir sensiblemente. La resistencia en los disparadores de las armas viene dada por la posibilidad de que a un “manta” se le escape un disparo y por tanto, los fabricantes se curan en salud.

Entre lo postulado por Walther la tensión del disparador es de 4,9 y 1,8 kilos, la diferencia está dada por el tipo de medidor utilizado. En cuanto al desplazamiento de éste en doble acción es de 16 mm. y 4 en simple.

Con su cañón de 87 mm. se puede obtener un gran rendimiento en cuanto a precisión; además para aquellos que gustan “vestir” a sus armas, por delante del guardamonte encontramos un raíl Picatinny para adosar cualquier tipo de ayuda.

En la prueba utilicé la munición Remington .22 Thunderbolt y logré, con apoyo a 25 metros, unas agrupaciones interesantes para una arma tan compacta.

Saúl Braceras