Uberti Cimarrón, cal. 45 LC

Una leyenda al alcance de la mano

El Colt Frontier con todos sus nombres: Peacemaker, Single Action, Modelo 1873 y en todos sus longitudes de cañón es quizás el arma más deseada factiblemente gracias a Hollywood, la Televisión y demás medios de comunicación que han sabido ensalzar el Lejano Oeste y sus armas.

Si bien Samuel Colt había tenido un gran éxito con sus revólveres de avancarga como el modelo Navy 1851 en calibre .36 y el Army 1860 en 44, qué duda cabe que otros competidores como el Remington New Modelo 1858 en .44 ó el Rodger & Spencer en igual calibre con sus armazones o marcos completos habían demostrado ser superiores. Por ello, y a pesar de haberse hecho algunos modelos de transición del Army a cartucho de retrocarga de fuego anular, el rumbo estaba tomado hacia armas más robustas como las de marco completo y el modelo 1873 de Colt se fue perfilando.

 

Colt Modelo Single Action Army 1873

Uberti Cimarrón en calibre .45 Long Colt y una maqueta-réplica (no es un arma, ya que su cañón es macizo, aunque funcionan todos sus mecanismos) reducida del mismo fabricante

Mantenía el sistema de simple acción y un gran calibre, .45 Long Colt de fuego central con un proyectil de 255 grains y 32 grains de pólvora negra (aunque también se lo cargó con 28). Posteriormente recamararía otros a partir del auge de los rifles Winchester como: .38-40 WCF, .44-40 WCF y .32-20 WCF. Con la aparición de otros cartuchos y/o mercados potenciales se agregaron los siguientes: .44 Russian, .44 Special, .455 Eley.

De todos, el modelo en calibre .44-40 WCF fue el que tuvo una vida más larga, ya que duró desde el año 1878 hasta el inicio de la Segunda Guerra Mundial, cuando se interrumpió la producción de forma temporal por causa del conflicto. En conjunto, se fabricaron nada menos que 64.489 “Frontier Six Shooter”, 21 ejemplares de “Frontier Six Shooter Target model”, otros 6.803 del “Bisley Model Frontier Six Shooter” y 78 unidades del Bisley Target Frontier Six Shooter. De hecho el .44-40 WCF fue el segundo calibre más usado en el Colt SAA por detrás del .45 Colt (hablamos de los SAA de primera generación).

 

Los tiempos y sus cambios

Tanto la versión civil, “Frontier Six Shooter”, como la militar Single Action Army sufrieron cambios iguales, ya que en 1882, se cambiaron las cachas de madera de una sola pieza por unas de bakelita negras con la consabida águila y escudo de la Unión. No obstante, en los revólveres del ejército se mantuvieron unos años más las de madera hasta la finalización en 1891.

En 1881, la cabeza de la varilla del extractor, de forma redonda, pasa a la típica media luna y se cambia el tornillo de retenida del eje del tambor por un pasador con muelle, como encontramos en nuestro Cimarrón. En los revólveres militares ocurrirá lo mismo, pero será en 1885.

 

Una réplica perfecta

El eje del tambor del Uberti Cimarrón inhibe que el martillo esté en contacto con el pistón de un cartucho

En 1959, Aldo Uberti fundó la firma homónima en la población de Gardone Val Trompia, en los Alpes italianos y comenzó a hacer reproducciones de revólveres de la época de la Guerra Civil Norteamericana. Con el paso de los años, la experiencia de sus artesanos creció permitiendo así realizar las reproducciones de rifles de acción de palanca y clásicos.

En la actualidad fabrica casi un centenar entre armas cortas y largas de avancarga y retrocarga. Todas respetando absolutamente la originalidad.

 

Cimarrón o Cattleman

La firma Cimarrón Firearms Co. es el distribuidor estadounidense de Uberti, está especializado en armas del Viejo Oeste y esponsoriza fundamentalmente las tiradas de Cowboy Action Shooting desde 1987. Por ello las armas para el mercado americano llevan el escudo de Cimarrón y para Europa son Cattleman; aunque ambas circulan por nuestras fronteras, como es el caso del Cimarrón.

 

Un Cimarrón en la mano

Cimarrón es cualquier animal doméstico que escapa de sus amos y se asilvestra, también se llama cimarrones a los animales salvajes con parientes domésticos. En nuestro caso es un bello revólver copia del Colt Frontier 1873. Sobre éste se ha escrito mucho en cuanto a su utilización de forma segura. Algunos autores dicen que se llevaba con sólo cinco cartuchos para que el martillo reposara en el alvéolo vacío, también agregan que los cowboys de entonces solían colocar en el cinturón cartuchera cinco cartuchos del calibre del revólver y uno de rifle (.45-70, .30-30, etc.) para no equivocarse.

Un Colt Frontier a secas, no un Cimarrón, se puede cargar con los seis cartuchos y abatiremos el martillo entre medio de dos alvéolos, como se hace con los revólveres de avancarga. En estos últimos suelen llevar una muesca a tal fin.

El grupo está en el círculo del 8, pero si trasladásemos el centro real veríamos que estaría en el 9

En el Cimarrón contamos con una ventaja y es que a diferencia del original lleva un sistema de seguridad muy bien pensado, ya que se basa en que cuenta con un eje del tambor de mayor longitud y con dos muescas. En situación de tiro lo llevaremos con dicho eje ligeramente salido y encastrado en la muesca que se halla más lejana del extremo ranurado. Y si lo queremos portar debemos introducirla hasta que haga tope con el armazón, de esta forma aparecerá por el lado donde se halla el martillo y evitará que su percutor entre en contacto con el pistón de cualquier cartucho. Una vez familiarizado, es decir, cuando ya había jugado bastante en casa y con munición cargada con 23 grains de pólvora negra y proyectiles Hornady de 250 grains de plomo me dirigí al Campo de Tiro de Canto Blanco en un día entre semana.

El balance o equilibrio del Cimarrón con cañón de 4 ¾” es perfecto, se para con aplomo y es muy fácil la adquisición de miras gracias a su empuñadura de cabeza de halcón. Llama la atención excelencia de su disparador y la facilidad con que podemos montar el arma.

La recarga citada de 23 grains de pólvora negra ya me había dado buen resultado con otras armas de este calibre, por tanto, conocía que tiene un resultado preciso y un retroceso agradable. Y aquí vemos otro acierto de la empuñadura de cabeza de halcón, pues con el retroceso acerca el martillo a nuestro pulgar para montar el siguiente disparo.

La precisión me pareció muy buena y, como siempre digo, en manos de un tirador de arma corta más experto hubiera dado un mejor resultado, pero logré meter cinco disparos dentro del círculo del 8 en la diana internacional a 25 metros.

 

Saúl Braceras