STG-44 de GSG

Una réplica que impresiona por su veracidad, funcionamiento y precisión

Muchos creen que las siglas de GSG vienen del grupo de intervención alemán Grenzschutzgruppe 9, en realidad quiere decir German Sport Guns. Esta firma alemana fue fundada en 2002 por Dietmar Ende, Manfred Nienhaus y Michael Swoboda y en muy pocos años ha sabido ponerse a la cabeza de este sector de gran crecimiento. Entre su producción cuenta con tal vez los modelos más apreciados por usuarios y coleccionistas, como el GSG-522 copia de la MP-5 de Heckler und Koch, el AK-47 o los cargadores rotativos para estas armas como también para el Ruger 10/22 con un asombrosa capacidad de carga. La clave de esta empresa es sencilla: dar calidad a buen precio.

 

El STG-44

La ventana de expulsión de cartuchos está cerrada o protegida por el guardapolvo

Louis Schmeisser fue un gran diseñador alemán que desarrolló muchas de armas, como las pistolas Bergman-Schmeisser, quizás su obra más importante fue la saga que finalizó en el Sturmgewehr-44 en calibre 8 mm. Kurtz, el primer fusil de asalto de la historia y que fue fabricado por C.G. Haenel, de Suhl, y en menor cantidad por Carl Walther, de Zella-Mehlis, pero esta historia la veremos en el próximo número de Armas y Municiones donde nos dedicaremos al STG-44 original en calibre 8 mm. Kurz.

En esta ocasión le toca el turno a esta réplica que deleitará al coleccionista/usuario más exigente. Sin duda, el slogan de la empresa se cumple a la perfección: armas hechas por especialistas satisfacen al cliente.

En cuanto abrimos la caja en que viene el arma, vemos que para acortarla le han quitado la culata, esto se soluciona de forma inmediata, pues sólo tenemos que quitar un pasador ad hoc, introducirla y volver a colocar dicho cerramiento.

El cargador viene aparte y, como veremos más adelante, el que se utilizó para probar el arma de 25 cartuchos es opcional. El fabricante pone varios tipos de cargadores con diferentes capacidades: 25, 15, 10 y 2 cartuchos. Estimo que esta diversidad se deberá a que en distintos mercados las reglamentaciones imperantes lo obligan a ello.

El pistolete es de material sintético similar a la baquelita y lleva las tradicionales ranuras horizontales

En cuanto lo tenemos montado y lo asimos constatamos que se trata de una réplica perfecta, ya sea en sus líneas, funcionalidad y peso. De hecho, éste es de 4,5 kg., igual que el original. Lo mismo ocurre con sus dimensiones, la diferencia es obvia, no utiliza un cierre calzado sino uno inercial debido a la escasa potencia del cartucho calibre .22 LR. Cuenta con una longitud total de 946 mm., un altura de 220 y un ancho de 56. Su cañón es de 414 mm., lleva seis estrías y nos da una distancia entre alza y punto de 435. Esto es muy importante, pues nos ayudará a una toma de miras muy adecuada. Un detalle excelente es que el alza se regula en altura de forma tangencial y en deriva a través de un tornillo micrométrico.

El armazón del arma es de chapa estampada y lleva una culata de madera de haya tintada, exactamente como el original. En esta última encontramos hasta la tapa en su parte superior para llevar los elementos de limpieza.

El recambio del cargador se realiza con el pulgar de la mano izquierda, ya que la derecha empuña el arma. No es ambidiestro, porque el original no lo era; en aquella época a los zurdos se los “reeducaba”.

El disparador está regulado a unos 2,5 kg., es de dos tiempos y tiene una buena salida.

El acabado es perfecto, con una pavón negro azul oscuro que contrasta con el tintado rojizo de la culata de haya.

 

La prueba de tiro

Aunque el fabricante aconseja el uso de munición de alta velocidad, como la Remington Thunderbolt, con la cual tiré y tiramos un grupo considerable de amigos, ya que cuando lo vieron ninguno pudo sustraerse a la magia de disparar con un arma como el STG-44. En ningún momento tuvimos interrupción en el automatismo y esto me hizo probarlo con la munición de tiro estándar CCI y, nuevamente, su funcionamiento fue ímprobo. En cuanto a precisión, publico un blanco con la mejor agrupación, pero debo advertir que el peor de éstos no dista mucho del que mostramos.

Este grupo lo realicé a 50 metros con apoyo

Para lograr este resultado se necesitan varias cosas que el GSG-STG-44 aporta: un excelente cañón, buen disparador y el peso del arma que la convierte en muy estable.

En cuanto alimentamos la recámara, retrocediendo el cierre se abre su ventana de expulsión o guardapolvo, como así también con el último disparo el rifle se queda abierto.

El cargador con que probé el arma es opcional y la verdad que le va de maravilla, pues remeda al original y en una réplica tan bien hecha, lo amerita. No obstante, hay otras opciones en cuanto a su capacidad.

Como he dicho, la primera prueba la hice con munición de alta velocidad Remington Thunderbolt y con ella comprobé que el disparador, que no es de concurso, sí es bueno para un arma como ésta. También utilicé Lapua Center X y con ninguna tuve interrupciones. Sólo tenemos que pegar unos tiros y ya lo controlaremos. Insisto, el peso del arma la hace ideal para tirar a brazo alzado, ya que se “para” perfectamente.

Creo que es un arma ideal para divertirse y también para ser utilizada en pruebas como las de carabina de IPSC, teniendo, eso sí, un regusto de un arma que lideró a toda la saga de los fusiles de asalto del mundo.

Saúl Braceras