Max Heym 7x75R

Un Heeren original

Es quizás uno de los sistemas de bloque descendente más llamativo, pues parece desarmarse cuando lo abrimos. Además, con la aparición del sistema Ruger Nº1, una simplificación del Farquarhson, todos tendemos a abrirlo por su parte trasera en vez de por la delantera, donde se halla su tecla de apertura. Su producción es cara, ya que lleva muchas horas de mecanización y de ajuste, pero cuando está ensamblado y montado en un rifle, pocas armas nos darán esa sensación de bien hechas.

 

El siglo XIX

El cierre Heeren es uno de los más robustos de su categoría de bloque descendente

Fue la época dorada de los mecanismos, si nos fijamos con atención allí nacieron todos o al menos 99%. Parecía que nada era imposible para la creación de los mismos, se los hizo sencillos o muy rebuscados, pero todos eran perfectos y hacían lo que se esperaba.

Su diseñador fue Cristiano Arturo Juan Antonio Heeren y Massa, un armero alemán nacido en Hamburgo en 1844. Su padre era un naviero alemán, Carl August Heeren, de gran éxito en sus empresas y su madre, Ramona María de los Dolores Massa y Grave, barcelonesa, hija de un armador. Su sistema de block descendente y martillo oculto es aún hoy uno de los más populares en Centroeuropa. Ha sido muy utilizado en los rifles monotiro de competición y de caza de gran calidad de esta zona. Una de las primeras firmas armeras en utilizarlo fue la conocida Nagel und Menz, de Baden Baden, alemania. En la actualidad todos los armeros de Alemania y Austria lo utilizan constantemente. Su funcionamiento es sencillo, sólo se debe empujar hacia abajo la tecla que se oculta en el interior del arco guardamonte y todo el conjunto de cierre cae, expulsa la vaina vacía y monta automáticamente.

 

Un rifle de antes de la guerra

Heurísticamente no he podido averiguar mucho sobre Max Heym, salvo que fue un armero de Suhl. Descendiente de Friederich Wilhem Heym, fundador de la firma homónima a secas, Max abrió su taller de armas de caza y tiro en 1934 y lo cerró en 1939. Su producción en esos cinco años fue escasa. Evidentemente, el esfuerzo bélico anuló sus ansias de producir armas de caza.

El cartucho ya está en recámara. Obsérvese la gruesa uña de extracción

El rifle que traigo a estas páginas es muy interesante, pues utiliza una acción Heeren original y no una hecha por alguna cooperativa alemana o austriaca. Valga la aclaración: éstas son excelentes y más las modernas que utilizan aceros de última generación, pero para los coleccionistas activos, como nos llama mi amigo, Carlos Coto, que la acción sea una original le da más sabor. Sobre ésta lleva unos grabados florales con fondo de jaspeado grisáceo mate.

En general, los lectores de esta publicación están familiarizados con la acción Heeren y sus detalles, por tanto, me explayaré muy poco. Lo más llamativo, al margen de que la apertura del guardamontes es por delante, el disparador no deja de asombrarnos. El motivo es que su doble cola es para montar el pelo, por tanto, si empujamos la mayor hacia adelante, a modo de un pelo francés, lo montamos. A contrario sensu podemos disparar con la presión de uno normal. Si queremos regularlos a mayor o menor intensidad, será un armero muy cualificado quien lo haga.

En este caso no es necesario, pues si montamos el pelo encontraremos una resistencia de 1 libra (454 g.). Y si no lo montamos está a 4 lbs (1.816 gr.). En todos los rifles Heeren que han pasado por mis manos se da esta bipolaridad extrema, ya que 454 gr. me parece muy sensible para un rifle de caza y 1.816 gr. demasiado duro.

La chimaza es muy proporcionada con el rifle y lleva un schnabel de cuerno de búfalo

Tiene un cañón de 65 cm., lo cual le permite aprovechar bien el potencial de su cartucho. Como es lógico, sus miras de hierro son testimoniales, ya que un arma de estas características está pensado para el uso con visor telescópico, en este caso un Schmidt & Bender 3-12×50 con retícula iluminada con montaje Akah.

Llama la atención la excelente calidad de la madera y pequeños detalles, como los labios resaltados de la culata antes del pistolete o donde se engancha el portacorrea. Recuerdo que una vez que un cliente se quejaba ante un armero del aumento del precio debido a estos dos detalles, lo que no sabía este “regateador profesional” es que al hacer un resalte en la madera el pulido de la misma se complica muchísimo y lleva más y más horas de trabajo.

Tanto la chimaza como el pistolete están rematados con sendas piezas de cuerno de búfalo.

 

El cartucho

Muchos creen que la pasión por los cartuchos de alta velocidad se inició en Estados Unidos con Roy Weatherby, pues no es así. Mucho antes, en Gran Bretaña, Sir Charles Ross había creado su .280 homónimo para su rifle rectilíneo adoptado por Canadá en 1910 y Holland and Holland en 1925 puso en el mercado su .300 H&H Mágnum. El norteamericano Charles Newton, en la década de 1920 y 1930, creó toda una línea de cartuchos de alta velocidad y energía. Los austriacos aportaron su grano de arena, como Johann Peterlongo, establecido en Innsbrucck en 1854, fundador de la fábrica de armas Tiroler Waffen-Fabrik homónima, que entre sus varios desarrollos se cuenta el cartucho 8×71 mm.

El 7×75 R se adelantó muchos años al 7 mm. Remington Magnum y con las pólvoras modernas le podemos sacar un mayor rendimiento

Pero los alemanes ya habían transitado esta senda aún antes, ejemplo de ello, es el 8×75 R introducido en 1910. Otros hicieron lo suyo como Wilhen Brenneke o la firma Halger de Danzig. Y por supuesto, Ernst August vom Hofe, diseñador y fabricante alemán de cartuchería y de armas durante el primer tercio del siglo XX, quien creó una gran línea de cartuchos que llevan su nombre y donde las altas velocidades son su característica principal. Fue asistente de Hermann Gerlich, de la firma Halger, en Danzig, hacia 1920 y también trabajó con Wilhem Brenneke en Leipzig. Inspirado por la alta velocidad de los cartuchos Halger, Vom Hofe, junto con Richard Schienmann, fundaron Hofmann, con la contracción de ambos apellidos, en 1931. Pero en 1935 finalizó la asociación con Schienmann y nuestro hombre fundó la Vom Hofe Waffen und Munition, produciendo rifles y su cartuchería como el 5,6×61 Vom Hofe.

En 1945 Von Hofe murió y en 1956 Walter Gehmann de Karlsruhe compró su empresa y reintrodujo sus rifles y cartuchería de alta velocidad, como el 7×66 Súper Express y el 7x75R. Erróneamente se suele escribir “von” en vez de “vom”.

El 7x75R Vom Hofe fue introducido en 1939, fecha fatídica para cualquier cosa, pues la guerra enturbiaría todo. Es capaz de colocar un proyectil de 175 grains a 910 m/s (2.927 p/s), es decir, lo mismo que un 7 mm. Remington Mágnum, pero ya lo hacía 21 años antes que éste, por tanto con las pólvoras modernas se le puede sacar un poco más.

 

La precisión, solo la precisión

Como había tenido oportunidad de probarlo a 50 metros con la munición original de Karl Haschka de 175 grains, hice otra prueba a 100 metros y el blanco que publico es una excelente prueba de lo que es capaz de hacer el rifle fabricado antes de la Segunda Guerra Mundial.

Saúl Braceras