Glock 30S Safe Action

Para especialistas

Desde su presentación en sociedad ha llamado la atención: es una subcompacta desarrollada con una sola meta, defender a su dueño. Al  igual que otras pistolas sin martillo a la vista, detenta una clara ventaja al ser portada entre la ropa. Como todo en la vida tiene un precio, éste hace que el disparador actúe con la misma fuerza contraria desde el primer disparo al último, con una resistencia de 2,6 y un recorrido de 12,5 mm. Lo dicho no debe tomarse como algo peyorativo, ya que el disparador Safe Action, que lleva unos 30 años en servicio, es muy agradable de usar.

Al igual que en modelos anteriores el extractor actúa como indicador de bala en recámara. Otro aspecto determinante de las pistolas Glock es que sólo cuentan con 34 piezas y todos sabemos que a menor cantidad de elementos menor posibilidad de problemas mecánicos, a la vez que facilita su mantenimiento y longevidad. Pero hay más cosas en esta pistola que en su parte externa parece una de Tercera Generación, aunque su sistema de recuperación de retroceso interior es de Cuarta Generación.

 

Una pistola para especialistas

Los mandos están en su sitio

De esta forma denomino a la Glock 30S, ya que sus acomodadas dimensiones y grueso calibre la transforman en un Fórmula 1 a la hora de ser utilizada, no porque su manejo sea complicado, ya que desde sus comienzos las pistolas Glock han sido extremadamente sencillas, hasta de un modo intuitivo, lo digo porque su principal destino es una utilización bajo estrés. Esto se ha mejorado aún más con el sistema Safe Action donde el único elemento operativo es el disparador, ya que al soltarlo los tres seguros se activan nuevamente permitiendo al tirador una concentración total en el blanco. Éstos son: 1º) el seguro de disparador incorpora una palanca que en reposo bloquea el movimiento de éste. Para desactivarlo sólo debemos apretarlo de forma correcta. De este modo se asegura que aunque reciba presiones laterales el disparador no hará fuego. 2º) El seguro de caída engancha al percutor en su posición trasera, impidiendo su movilidad hacia delante. Sólo cuando apretamos el disparador hasta el final este seguro automático será inhabilitado. 3º) Seguro de percutor: se basa en un bloqueo del canal por donde discurre éste y, al igual que todos, se quita gracias a la acción total del disparador.

Otro aspecto muy positivo de esta saga es el bajo axis en que queda el cañón, lo cual hace que las miras, como así también el asimiento, sea  más próximo a la mano, mejorando la puntería y disminuyendo el relevamiento del arma durante el retroceso.

La Glock 30S a su tamaño es un arma muy compacta

Esta pistola ha sido construida sobre el armazón de la Glock 30 SF, pero con la corredera de una 36, así, en la 30 S se combina la abrumadora diferencia del uso de un cartucho como el .45 ACP en una corredera más delgada, haciéndola un arma ideal para la defensa, ya que el .45 ACP es, desde mi punto de vista, un cartucho privilegiado, pues a costa de un retroceso muy tolerable tiene un poder de detención enorme.

El desarrollo de la Glock 30S ha sido realizado por varios expertos pertenecientes a diferentes fuerzas de seguridad, y si analizamos un poco la reutilización de un cartucho que ya tiene más de cien años, nos da que pensar en cuanto al significado de la palabra adelanto. Sí lo hay, y mucho, en cuanto al armamento, pues si comparamos a la Glock 30S con la primera Colt modelo 1905, las diferencias son más que obvias. Más aún si tenemos en cuenta que esta pistola austríaca es de Cuarta Generación.

Las miras son espartanas, pero como veremos en la prueba a 25 metros, realizan su cometido de forma ímproba, aunque yo se las cambiaría por unas Trijicon de tres puntos.

Como sus hermanas, lleva un acabado de Tenifer que aporta una protección máxima a la corrosión aún en sitios muy húmedos, como puede ser en barcos. También sirve para aumentar el grado de resistencia al desgaste alcanzando los 64 HRC y, por último, este tratamiento es antirreflejo, de ahí que su aspecto sea  tan sobrio. A pesar de su nomenclatura como subcompacta cuenta con un cañón de 96 mm. con estriado dextrógiro de una vuelta en 400 mm., su cierre es igual al de las demás pistolas, por tanto no lo comentaré.

Un activo importante es que cualquier componente de un modelo específico es intercambiable al 100%, demostrando la alta capacidad de tecnología en los procesos de fabricación y su exquisito control de calidad.

Como es lógico en esta 30S el armazón utiliza el polímero como base, no debemos olvidar que éste tiene una resistencia similar al acero con más de un 80% menos de peso. La resistencia de este material es a prueba de cualquier condición atmosférica, a la corrosión, resistente a los lubricantes y como todos sabemos tiende a absorber mejor el retroceso.

 

La prueba

La boca del calibre .45 ACP, como siempre, impresiona

Lo primero que llama la atención es el reducido tamaño de esta subcompacta, como la denomina su fabricante. Y realmente lo es, teniendo en cuenta sus dimensiones: longitud total 177 mm., altura122 mm., ancho 32,6 mm., distancia entre miras 150 mm. (esto permite guiarla con la Licencia F) y longitud de total de cañón 96 mm.

Uno de los aspectos más sobresalientes es su excelente empuñadura, que transforma la acción de apuntar en algo instintivo, es como hacerlo con una linterna. El desarme es muy sencillo, en segundos y sin herramientas podemos llevarlo a cabo. Su peso descargada es de 676 gramos y cargada según con qué munición ronda los 850, en esta cifra no debemos olvidar que la capacidad del cargador es de 10 (+1) cartuchos al tresbolillo, aunque opcionalmente podemos disponer de 9 ó 13. El último cartucho en el cargador de 10, que probé, entra con mucha presión y mi pulgar no creo que podría cargarlo varias veces. Cabe aclarar que durante los 50 disparos de Fiocchi de 200 grains (major) no hubo interrupción alguna, es decir, cuesta amunicionar el cargador de 10 cartuchos, pero funcionar, funciona. No obstante, yo lo llevaría siempre con 9 +1.

Diana a 25 metros con munición Fiocchi de 200 grains (major)

Para la prueba utilicé munición Fiocchi de 200 grains (major), el porqué es fácil, quería saber cómo se comportaba con un cartucho extremadamente fuerte. No obstante, para su uso defensivo recomiendo proyectiles y cargas más ligeras como los de 185 grains que nos permitirán una cadencia de fuego muy alta y efectiva.

No hay que ser muy sabio para darse cuenta de que el retroceso fue realmente recio, aunque pude disparar con una secuencia, a mi entender, bastante alta: tres disparos en menos de dos segundos. Claro está que, particularmente, me gusta más el cartucho .45 ACP que el 9 mm. Parabellum, sobre todo a la hora de soportar el retroceso, ya que lo siento más lento y acompasado que el rapidísimo brinco del segundo.

Gracias a la colaboración de un amigo y gran tirador, quien también participó en la prueba, publico la diana que, según mi parecer es muy buena para una pistola subcompacta.

Saúl Braceras