45 MAKER

Las auténticas joyas de los cowboys

La gran epopeya de la expansión hacia el Oeste de los entonces jóvenes Estados Unidos de América es, sin duda alguna, una historia fascinante, y las armas de fuego, como elemento indispensable en el desarrollo y evolución de la Humanidad, jugaron en ese momento un papel esencial que para el gran público ha quedado inmortalizado por las películas del Oeste.

 

Hollywood, la gran fábrica de mentiras

La meca del cine ha sido la gran culpable, la transmisora de buena parte de las falsedades y errores históricos que sobre el Lejano Oeste albergan en la mente una buena parte de los aficionados a las armas y por supuesto del público en general.

La realidad es que el Old West no fue tan violento como nos quieren hacer creer, de hecho había más violencia, crímenes y asesinatos en las grandes urbes como New York o Boston (donde ya en aquellos tiempos había limitaciones para el uso y empleo de armas) que en cualquier lugar de la América rural. Tanto daño ha hecho Hollywood y sus ignorantes titiriteros a la historia en general y a la de su propia nación en particular, que se puede afirmar que el 100% de las películas del Far West contienen errores de rigor histórico y ambientación.

 

Buscadero, las fundas que nunca vieron el Oeste

En esta foto de promoción de Warner Brothers de los años 1960, las históricamente incorrectas fundas Buscadero, llenan la pantalla. En esta foto de promoción de Warner Brothers de los años 1960, las históricamente incorrectas fundas Buscadero, llenan la pantalla

Las primeras películas eran prácticamente documentales narrativos y mostraban a los cowboys, agentes del orden e indios con su ropa, sillas de montar, armas y fundas de cuero, tal como fueron empleadas en época. Pero a principios del año 1920, las cosas cambian, las películas empiezan a narrar historias de ficción. Se crean mitos y héroes y empieza a ser necesario que el protagonista se diferencie de los comunes mortales. Aparecen los primeros y falsos duelos callejeros, donde el héroe de turno y el villano, deben mostrar bien a la cámara sus “pistolas”, por supuesto situadas de frente y a la altura de la mano que empuña, todo para un desenfunde rápido. Las auténticas fundas de época y sus anchos cinturones canana donde el revólver se portaba muy alto, por encima de la cadera, y situado detrás del costado derecho, no servían para tal fin.

En Hollywood adoptaron para sus películas un nuevo modelo de funda y cinturón canana que se adaptaba mejor a sus necesidades, ya que permitía una extracción muy rápida. El cinturón, se situaba muy bajo, la funda que estaba fija a dicho cinturón, situada por debajo de la cadera, y se ataba a la pierna con un lazo, el martillo del revólver llevaba una trabilla para sujetarlo, ya que difícilmente un cowboy de verdad podría portarlo en dicha funda de extracción rápida con un mínimo de comodidad y seguridad a lo largo de una jornada a caballo, simplemente se caería al suelo a la mínima de cambio. Pero esta nueva funda vestía muy bien para la cámara.

Estos conjuntos se conocerán como “Buscadero” y serán compañeros inseparables de los grandes cowboys del cine de preguerra: como Tom Mix y William Boyd (Hopalong Cassidy), alcanzando su apogeo a partir de los años 50 con el famoso tirador de exhibición Arvo Ojala, el gran mentor del Fast Draw y sus fundas “Buscadero”, con relleno metálico tal, que giraba el revólver dentro de la funda al extraerlo, permitiendo que los héroes del celuloide de postguerra, desde el genial James Stewart pasando por Burt Lancaster y acabando con Clint Eastwood, desenfundaran con la velocidad del rayo. Sin embargo, ha sido este tipo de funda inventada para el cine la que el gran público relaciona con el Lejano Oeste. Parece cierto el dicho tal que una mentira repetida muchas veces, se acaba convirtiendo en verdad. ¿Cómo eran entonces las fundas y cinturones empleados durante la Conquista del Oeste?

 

California, las primeras fundas western

Un cowboy posa para la posteridad con su funda California, adaptada a un flamante Smith & Wesson Schofield

La emigración hacia el Oeste, iniciada a principios de 1830 y que alcanza su apogeo a finales de la Guerra Civil, trae la necesidad de portar armas en un terreno hostil y lejos de la civilización. La demanda por armas de fuego y fundas para portarlas es creciente.

Antes de la aparición de los revólveres, las armas cortas se solían portar en parejas en fundas habilitadas en la silla de montar. La aparición de los Colt de avancarga, trajo las primeras fundas militares de cinturón. Las civiles llegaron un poco más tarde, y estaban basadas en modelos militares, con solapa y que generalmente las suministraban compañías del Este del país. Normalmente se trataba de productos de media a baja calidad, realizados con cuero blando y de poco grosor que no aguantaban los rigores del Oeste, ni mucho menos cumplían con los requerimientos de sus usuarios de la Frontera.

Los pequeños talleres de zapatería y reparación de sillas de montar dispersos por el inmenso Oeste del país, empiezan a cubrir las necesidades de los aventureros e inmigrantes en la nueva Frontera. Aparece así la primera funda western, conocida como «California». Debe su nombre a que se desarrolla en ese estado en plena Fiebre del Oro (Gold Rush). Fabricadas normalmente a mano, incluyendo el corte y cosido, siempre con cuero de primera calidad proveniente de desfaldados de vaca, el mismo cuero que se empleaba en las sillas de montar e incorporando diseños y decoración excelentes propios de la frontera, estarán muy alejadas de los productos baratos de las fábricas de la civilizada costa Este de los EE.UU.

Las California, que en un principio aparecen con solapa y luego se convertirán en fundas abiertas, eran la respuesta a las necesidades de los hombres de la Frontera; sujetaban bien el revólver durante las labores cotidianas, en especial cuando se montaba a caballo al tiempo que permitían un acceso relativamente fácil si llegaba la necesidad. Estas fundas, verán uso hasta bien entrada la década de 1870, cuando los S&W American y los Colt SAA empiezan a introducirse en el mercado civil y la necesidad de portar el mayor número de cartuchos metálicos en el cinturón, traen un nuevo tipo de funda.

 

Mexican Loop, las auténticas fundas de los cowboys

Un soldado de caballería portando su Colt SAA en una funda Mexican Loop. Debido a la mala calidad del equipo militar, el uso de material civil, estaba muy extendido

Diseñadas en el Norte de México o en el Sur Oeste de los EEUU, nadie lo sabe a ciencia cierta, las Mexican Loop se convertirán en compañero inseparable de cowboys, forajidos, agentes del orden y soldados en todo el Oeste y Sur de los EE.UU. hasta bien entrado el siglo XX. Quiero recalcar que la imagen que sobre la caballería del ejército de ese país ha transmitido Hollywood es simplemente patética y totalmente alejada de la realidad. La mayor parte de su equipo era civil, ya que el equipo militar era de pésima calidad. Las Mexican Loop serán también producidas en muchas y variadas formas, a nivel artesanal en todas las pequeñas zapaterías y talleres de cuero de la Frontera y, como el anterior modelo California, presentarán una calidad de ejecución que en la mayor parte de los casos es excepcional. Pero su auténtica virtud era la funcionalidad.

Se adaptaban a la perfección a las necesidades de los usuarios de la época. Los nuevos y pesados revólveres de cartucho metálico, trajeron la aparición de un nuevo modelo de cinturón que debía portar el mayor número posible de cartuchos para el revólver y/o carabina. Para que se pudieran portar con comodidad, en especial en una jornada completa a caballo o de trabajo en el rancho, estos cinturones que se llevaban muy altos, a la altura de la cintura (los pantalones de época no tenían trabillas para cinturón, sino que se sujetaban con tirantes) eran de un ancho muy considerable, en algunos casos similares a fajas. La nueva funda, se adaptaba a la perfección a la anchura de los nuevos cinturones. Y es que en el Lejano Oeste, el revólver se portaba en estas fundas situadas muy altas, por encima de la cadera y normalmente en el costado derecho, a la altura del riñón, para proporcionar la mayor comodidad posible a lo largo de desarrollo de todas las labores diarias de los cowboys y rancheros. La Mexican Loop no estaba fija al cinturón, entraba por dentro del mismo, lo que daba una flexibilidad enorme al usuario, ya que podía fijarla, y al mismo tiempo mover el cinturón para situar la hebilla en la posición en la que se sintiera más cómodo. Debido precisamente a que la Mexican Loop, se puede mover a lo largo del cinturón, normalmente aparece en las fotos de época, situada en el frontal del costado derecho; cuando como decía anteriormente, en el campo se situaba en la parte trasera del costado derecho.

No todo el mundo portaba cinturones tan anchos; en las ciudades, los agentes del orden, jugadores profesionales y hasta criminales, solían llevar cinturones más estrechos, ya que además de no tener la necesidad de portar tantos cartuchos, buscaban una cierta discreción. De hecho, en las ciudades, las Mexican Loop se portaban en el frontal del costado izquierdo, a la altura de la ingle, para evitar ser desarmado por detrás (algo que le pasó a Batt Masterson). Precisamente entre este tipo de usuarios, permanecen vivas las fundas estilo California, pero adaptadas a los nuevos revólveres de cartucho metálico. Jesse James era uno de los que empleaba un cinturón estrecho y una funda con reminiscencia de las California con su inseparable S&W Schofield.

Las fundas estilo California fueron decoradas, en sus versiones más exquisitas, con pomos de latón finamente burilados, como el modelo Quantrill´s Raider de 45 Maker

A mediados del año 1890, cuando la Frontera se acaba y la civilización se extiende por el inmenso continente, las fundas estilo Mexican Loop serán incluso copiadas por los grandes fabricantes de cuero del Este, apareciendo en los catálogos de los grandes almacenes como Sears o Montgomery Ward. Al tiempo que los pequeños talleres de cuero esparcidos a lo largo del Oeste del país van desapareciendo, dando paso a renombradas firmas localizadas principalmente en Wyoming, Montana y Colorado, entre ellas la famosa compañía H. H. Heiser que, empleando máquinas de coser, y sobre todo de estampación, crean un estilo de decoración mucho más recargado y ya alejado del estilo de la Frontera, pero mantendrán vivas las Mexican Loop un par de décadas más.

Las California y Mexican Loop, fueron las auténticas fundas empleadas en la Conquista del Oeste y quedarán para siempre como un símbolo de la cultura del cowboy. Un papel oculto para la inmensa mayoría de los aficionados por las mentiras de la industria de Hollywood y sus fundas de extracción rápida, Buscadero.

Por fortuna, en los últimos tiempos, las auténticas fundas del Oeste han sido recuperadas del olvido y, a pesar de que la mayoría de la industria del cuero de armas sigue fabricando bajo los ridículos patrones de Hollywood, hay todavía compañías dedicadas a ofrecer estos modelos históricos.

 

45 Maker, fabricando tal como se hacía en el siglo XIX

Una de estas compañías dedicadas a preservar el legado de la Frontera, es 45 Maker, cuyos productos traemos a estas páginas. Establecida en ambos lados del Atlántico, está dedicada a fieles reproducciones de cuero para armas del Lejano Oeste en el periodo que va desde 1850 a 1890, para ello utilizan los mismos materiales, diseños y métodos de fabricación, empleando como punto de partida la misma materia prima de la época, esto es cuero de silla de montar de primera clase, procedente de desfaldados de flor natural, con un mínimo grosor de 5mm.

Jesse James empleaba un cinturón estrecho y una funda reminiscente de las California, con su inseparable S&W Schofield. 45 Maker, ofrece la más fiel reproducción del mercado

Todas sus fundas, cinturones y los propios alveolos de la canana, se cortan y se cosen a mano. Es difícil encontrar fabricantes que todavía lo hagan así, menos aún que reproduzcan el estilo de grabado y decoración de la Frontera, que se realizaba con una herramienta de corte muy afilada y se complementaba con un fondo de puntos. Lleva una hora de trabajo coser a mano los 30 alveolos de una canana y más de media coser una funda; ni me imagino el tiempo que lleva burilar a mano una funda. Pero la realidad es que casi ningún taller de reparación de zapatos y elementos de cuero en las zonas rurales de los EE.UU. y Canadá, disponía de una máquina de coser para los alveolos del cinturón, se necesita de una máquina con un pie muy largo para tal operación, es la razón por la que buena parte de los ejemplares de cinturones y fundas de época que han sobrevivido en museos y colecciones privadas, estaban cortadas, cosidas y decoradas completamente a mano. Muy destacable, es su línea de fundas para revólveres de avancarga con pomos de auténtico latón, que se ofrecen grabados a mano en dos estilos del siglo XIX: Wavy Line with Stars y el bello White Schaff, del famoso grabador de la época L. D. Nimschke.

Sin duda alguna, los productos de 45 Maker, son un fiel reflejo de una época pasada, que pervive en muchos de nosotros y en especial en aquellos que participamos en las tiradas de Cowboy Action Shooting.

Saúl Braceras