.416 Rigby

Trabajo de campo

Este artículo quiero dedicárselo, a mi queridísimo amigo y “Maestro” por muchos años, Tony Sánchez-Ariño, pues fue justamente él quien me enseñó y habló hasta el cansancio, de las bondades de este maravilloso calibre, hasta meterme en la senda del .416 Rigby ya hace bastante tiempo.  Si tomo como referencia la cantidad enorme de elefantes, leones y búfalos que cazó en África con este rifle, sería estúpido negar las excelentes cualidades de este “elephant gun” al decir de los ingleses.

Estoy tan compenetrado con sus cualidades balísticas, que reconozco haber dejado a un costado el .458 Winchester, sin intenciones de ofender a nadie, simplemente fue una cuestión de análisis, pruebas en el terreno, y por sobre todo, gusto.

El .416 Rigby fue diseñado por la firma John Rigby, en 1911 en Londres, Inglaterra. Uno de los calibres que lo inspiraron fue el .425 Westley Richards, que tan buenas prestaciones había dado.  John Rigby crea el nuevo cartucho que duplicaría las prestaciones de .425 W. R., disparando un proyectil de 410 gr a una velocidad inicial de 2.350 pies/segundo, con una energía de 5.010 libras/pie, utilizando para ello una vaina de mucha mayor capacidad de pólvora, y una acción Mauser Magnum de 17,20 centímetros, un centímetro más larga que la acción del famoso M98 (16,20 cm.), lo que permitía utilizar los largos cartuchos del .416 Rigby. Este nuevo calibre salió al mercado al año siguiente, o sea en 1912, y de inmediato se le dio el título de “arma africana por excelencia”.

Desde hace bastante tiempo, este calibre me viene deslumbrando por muchos motivos, su balística, su penetración, su gran capacidad de abatir piezas de gran porte y de caza peligrosa, por las historias de los grandes cazadores africanos, contando infinidad de bondades y su desempeño inmejorable en esas lejanas épocas, donde la persecución y caza del elefante era un medio de vida, para esos gigantes de las selvas y sabanas africanas, como es el caso de Samaki “Salmón” quien fue Jefe del “Elephant Control Section” en Uganda y que cazó más de 4.000 ejemplares, con una pareja de rifles sistema Mauser, del calibre .416 Rigby.   Por esas cosas de la vida en este momento, ese rifle,  lo tiene mi queridísimo amigo y maestro, Tony Sanchez-Ariño, quién lo compró en Londres y  continuó cazando con él. De su boca lo escuché  muchas veces que es su favorito,  habiendo cazado el mismo (marca John Rigby original, con Número de cerrojo 4169) la cantidad de  484 elefantes, 854 búfalos, 77 rinocerontes negros, 18 leopardos y 193 leones… y continúa en perfectas condiciones. He tenido oportunidad de tenerlo en mis manos y  acerrojarlo con el almacén cargador completo, comprobando que lo hace con una suavidad excepcional, así como la recarga y extracción de las municiones.

En casa de Tony Sánchez-Ariño con el famoso .416 Rigby que perteneció a Samaki Salmon y luego a Tony, en manos del autor

La idea era hacer un workup, expresión que los americanos utilizan para hacer un estudio o diagnóstico, para lograr optimizar el rendimiento de una determinada arma, en lo referente a su balística, a su agrupación, y a sus prestaciones en general. Por supuesto, que esto lo buscamos desde la recarga de las municiones a emplear.  En caso de no tener acceso a la recarga, como siempre, se trata de buscar la mejor munición de fábrica, que consigamos en el mercado y la que mejor  le venga a nuestro rifle.  Pero ese no es el caso de esta nota, en la que nuestra meta será buscar la ideal.

Partimos de vainas Federal,  Hornady, Kynoch y H.W.M. (Harald Wolf Mastergunworks), todas pasadas por el die calibrador haciendo el Full Resizing, como corresponde a la recarga de proyectiles para caza peligrosa, poniéndolas a un OC=2,900”, (largo de la vaina). Vale una aclaración, este magnífico calibre es tan noble, y fue tan inteligentemente concebido allá por el 1912, que una de las propiedades más importante es la baja presión de recámara al ser disparadas las municiones (40.000 CUPs.), contra presiones de 54.000 CUPs. del .416 Remington, por ejemplo, debido a la gran capacidad de carga de la vaina de .416 Rigby. Eso tiene muchas ventajas a la hora del disparo, bajando las presiones radiales en recámara, sobre todo en países de altas temperaturas como algunos africanos, lo que no crea ninguna dificultad a la hora de abrir el cerrojo, aunque haya calentado mucho el sol a lo largo del día. Esa baja presión en recámara es también la responsable de que sus vainas no se alarguen con varias recargas como tengo comprobado.  Algunas ya tienen más de 15 y no necesitaron recorte o triming, al recargarlas nuevamente.

Vamos a utilizar puntas Hornady, de 400 gr, unas Soft (usando una caja obsequio de mi amigo Saúl Braceras) y otras, también Hornady, pero Full Metal Jacket Flat Nose, D.G.S., también de 400 gr. Que, dicho sea de paso, son unas excelentes que me han dado infinidad de satisfacciones en muchos de los calibres que recargo a lo largo de muchos años.  Hornady es una marca impuesta a nivel mundial.

Mi rifle es un CZ 550 de 25” de cañón, modelo de lujo, con culata lomo de jabalí, al mejor estilo centro-europeo.  Confieso que me gustan las rectas para los rifles de grueso calibre, como la que me construyó a mi medida el ya desaparecido y excelente culatero de Mendoza, el español, José García, todo un artesano,  para mi querido .375 H&H Mag., pero en el caso de este .416 Rigby es tan bella la que tiene que decidí, adaptarme yo a ella, cosa que en realidad no corresponde, pero ya me acostumbré.

Tiene acoplada una mira telescópica Leupold de 2-7×42, montada muy baja y con retícula iluminada, para los disparos entre luces, de una magnífica definición, permitiéndome disparar con los dos ojos abiertos sin ningún inconveniente. La correa portafusil fue regalo de mi querido amigo “El Gran Elefante”, como yo lo llamo hace varios años a Tony Sánchez-Ariño, quién la usó por largo tiempo en las selvas y sabanas africanas,  cosa que para mí, es un honor.

Lo primero que haremos es determinar la distancia total desde la cabeza del cerrojo, colocado en su posición de acerrojado, hasta la punta apoyada en las estrías del inicio de cañón, con la finalidad de buscar el free bore para cada tipo de punta a utilizar, es decir, la distancia desde la punta engarzada en un proyectil terminado y en recámara hasta la toma de estrías. Normalmente, los recargadores se sitúan más o menos en un milímetro, esa distancia que, por lo general, es la que da mejores grupos. No es siempre así, pero para empezar es una buena medida.

Cada punta dará medidas diferentes, por lo general, desde la cabeza del cerrojo a la punta apoyada en las estrías y de allí en adelante buscar el OL (del inglés largo total del cartucho) que nos ponga en un free bore de un milímetro. En realidad, no uso el OL, sino otra medida que es el BC (balistic comparator) que se determina sobre la munición terminada, con una herramienta que mide la distancia entre el culote del cartucho y el punto donde el proyectil apoya en las estrías del  cañón. Es una medida mucho más segura, en donde no entran en juego las deformaciones que puedan haber tenido las puntas, sobre todo las soft, por algunos golpes o mal formaciones de fábrica.

Proyectiles calibre de izda.-dcha.: .30 Hornady 165 grains SPBT, .416 Hornady 400 grains RN Interlock y .577 750 grains SP Toro. Obsérvense los diferentes grosores de cada envuelta

En nuestro caso tenemos bien definidas las diferencias entre las puntas que vamos a usar, las Soft Round Nose, que son algo más cortas que las Full Metal Jacket Flat Nose Hornady DGS (Dangerous Game Solid), de manera que los BC de nuestros cartuchos terminados van a ser diferentes, dependiendo de qué punta le coloquemos, y que el objetivo a cumplir es conseguir con ambas, resultados óptimos en nuestra cacería.

Usaremos la pólvora americana IMR4350, de excelentes performance. Consultados algunos manuales de recarga, tomaremos una carga inicial para comenzar con nuestro workup.  Usaremos 91,5 gr de esta pólvora, la que colocaremos, luego de las pesadas correspondientes, en las vainas antes mencionadas.

El siguiente paso es engarzar las puntas en las vainas, las soft (más cortas y con diferente ojiva) y las full metal solid (algo más largas y con otro tipo de ojiva), pero en todos los casos nuestro free bore será de un milímetro, o sea, se arman con diferentes puntas, pero con un milímetro de distancia a las estrías, en todos los casos.

Las vainas no tienen igual capacidad entre marcas diferentes, ni tampoco es exacto pesarlas para saber cuál tiene más capacidad, pues el peso específico de cada latón puede variar, lo que sí nos da una idea exacta del volumen de cada vaina es medir el líquido que puede contener cada vaina. Esto se hace para averiguar qué vaina tiene menor o mayor cámara de combustión, o sea, su volumen, y es inversamente proporcional a las velocidades obtenidas. La que tenga menor volumen dará más velocidad que la que tenga más, por un elemental principio físico.

En nuestro caso no mediremos volumen, sino velocidades, y con esta medición sabremos qué vainas tienen más o menos volumen, pues recordemos que es la única variable en nuestra ecuación de recarga. Los fulminantes son los mismos, la pólvora es la misma y la misma cantidad; las puntas que vamos a comparar son las mismas, las soft de una vaina con las soft de otra vaina, y lo mismo en el caso de las full metal solid.

El paso siguiente es ir al polígono de tiro donde colocaremos un blanco a 100 metros, que es la distancia ideal para calibrar nuestro .416 Rigby, pues estando puesto a cero en 100 metros, puedo apuntar de igual forma de cero a 200 metros, siempre dentro de un diámetro mortal ( M.C.= Mortal circle ) de unos 12 centímetros, que nos permitirá abatir cualquier animal con seguridad.

Es bueno aclarar que el .416 Rigby no es un calibre para tirar a largas distancias, no fue concebido para eso, pero en el caso de que se escape un animal herido, o tengamos un río de por medio, podremos disparar con absoluta seguridad hasta los 200 metros. Resumiendo, nuestro .416 Rigby con una punta de 400 gr y a una velocidad de 2.370 pie/seg, estando  regulado a cero en 100 metros tendrá una caída de 12 centímetros a los 200 metros.

Los resultados de velocidad obtenidos con puntas soft,  con 91,5 gr de IMR4350 y un free bore de 1 milímetro:

  1. Vainas Federal  y Hornady promedio de 2.300 p/seg, impactando en la “mosca” del Blanco Número  “1” de 2 pulgadas.
  2. Vainas Kynoch promedio de 2.360 p/seg, impactando en la parte baja de la “mosca” por el aumento de velocidad.
  3. Vainas Harald Wolf promedio de 2.405 p/seg, impactando más bajo aún que las anteriores, por haber tenido más velocidad.-

Los resultados de velocidad obtenidos con puntas Full Metal Solid DGS, con 91,5 gr de IMR4350 y un free bore de 1 milímetro:

Vainas Hornady promedio 2.407 p/seg, impactando bajo, a la misma altura que las conseguidas con  las vainas Harald  Wolf, con puntas soft, debido a que salieron a igual velocidad, tal como lo podemos ver en el blanco número 1.

De todo esto, deducimos que comparando las puntas soft, vemos que las que dieron menor velocidad fueron las vainas Federal y Hornady, vainas con mayor capacidad interna, y como nuestro objetivo es obtener una velocidad de 2.370 a 2.380 p/seg, el siguiente paso será:

A las Vainas Federal y Hornady con puntas soft, se le subirá la carga a 92,5 gr de IMR4350.

A las Kynoch, con puntas soft, se las dejará tal cual están.

A las Harald Wolf con puntas soft, se le bajará la carga a 91 gr de IMR 4350.

A las Vainas Hornady con puntas full metal solid D.G.S., también se les bajará la carga a 91 gr de IMR4350.

El paso siguiente es volver con estas cargas al polígono sobre otro blanco a 100 metros y ver qué resultado obtenemos y sacar conclusiones.

Una vez realizadas las comprobaciones en polígono de tiro, los resultados fueron los del blanco número 2:

  1. Vainas Kynoch y Harald Wolf, con puntas soft, promedio 2.317 p/seg, con aceptable agrupación, pero baja la velocidad.
  2. Vainas Federal y Hornady, con puntas soft , promedio 2.354 p/seg, regular agrupación y todavía baja la velocidad, respecto de nuestro objetivo.
  3. Vainas Hornady con puntas DGS (solid) un disparo: 2.394 p/seg impactando bajo.

El análisis es el siguiente, a las vainas Federal y Hornady con punta soft de 400 gr, le subiremos la carga a 93 gr de dicha pólvora.

A las Kynoch y Wolf, con puntas de 400 gr soft, se les subirá la carga a 92,5  gr de IMR4350.

A las Hornady, con puntas DGS (solid), que son más largas, se le bajará la carga a 90,5 gr de IMR4350.

Esta nueva distribución es para tender a nuestro objetivo de colocar todos los impactos entre 2.370 y 2.380 p/seg, aunque usemos diferentes vainas, con puntas soft y solid (siempre de la misma marca para que sean comparables los resultados) y que su agrupación sea buena a 100 metros. Otro análisis que ya tenemos a la mano, es el comportamiento de las vainas americanas (Federal y Hornady) por un lado y las europeas (Kynoch y Harald Wolf) por otro. Evidentemente, las primeras tienen algo más de capacidad que las segundas, esto se ve en sus velocidades.

Por supuesto que para preparar munición para una cacería importante, como es la que normalmente se realiza con estos “big bore”, usaremos una sola marca de vainas y no mezclando; que quede claro que lo que estamos haciendo es ver qué marca nos da mejores resultados en la práctica, cuál nos da mejores grupos, y con velocidades parejas dentro del rango ideal de velocidad que buscamos, y a partir de allí, elegir qué vaina vamos a usar.

Lo que es muy importante es lograr que, usando un solo tipo de vaina, las municiones soft y full metal jacket impacten exactamente en el  mismo lugar, pues es sabido que en caza peligrosa, se usan alternadamente, dependiendo del gusto de cada cazador, o de sus experiencias. A veces se coloca arriba de todo, o sea la primera, en usar, una punta soft y las siguientes full metal jacket, como es de mi gusto.

El paso siguiente es ir nuevamente al polígono a ensayar con estas nuevas recargas, viendo grupos y midiendo velocidades.

Ensayando recargas en el polígono

El resultado lo vemos en el blanco número 3, son 10 impactos a 100 metros y están dentro de las dos pulgadas todos ellos. Podemos ver en el mismo,  el comportamiento excelente de las recargas con vainas Hornady y Federal, ambas con puntas soft, también excelentes la recarga con vainas Hornady y puntas D.G.S. full metal jacket flat.

Las vainas Kynoch y Wolf tienen algunas variaciones de velocidades entre ellas, pero todos los disparos efectuados dieron velocidades entre 2.365 p/seg. y 2.385 p/seg., impactando en un diámetro de 2 pulgadas, es decir, objetivo cumplido. Con esas puntas y con la cantidad de pólvora que se colocó en cada vaina, se obtuvieron resultados excelentes. A partir de ahora se podrá elegir qué vaina a usar y con cuanta pólvora, respetando el free bore de un milímetro con el que iniciamos nuestro workup.

Jorge Borque

 

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